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El amor prohibido, argumento de la literatura universal

Al igual que Emma Bovary sabe que su marido nunca la podrá satisfacer de la manera en que a ella le gustaría, Julia Maldonado ha recorrido suficiente camino en su vida, como mujer y como madre, como para darse cuenta de que su marido tampoco ha sido nunca su amor soñado.

El tema del amor prohibido y el adulterio es uno de los temas más recurrentes y polémicos de la historia de la literatura. Mujeres encerradas en una sociedad de modelo patriarcal que se vieron abocadas a un matrimonio sin amor y la búsqueda del ideal romántico del príncipe azul, es el argumento por excelencia de este tipo de historias.

Además de Bovary, Anna Karenina o La Regenta fueron novelas criticadas por transgredir la moralidad de la época y por un supuesto ensalzamiento de la infidelidad. Sin embargo, estos escritores estaban más preocupados en ofrecer una radiografía de la pareja y en analizar los motivos del adulterio, que en hacer apología de ella. La falta de comunicación entre el matrimonio, los deseos no consumados, la pasión encontrada en brazos ajenos, la lucha entre razón y corazón, son algunos de los temas tratados.

En ‘Los atardeceres de Julia’, la protagonista vive un suceso bastante similar, viendo como su vida cobra color y sentido cuando conoce a Javier. Durante un período de tiempo, Julia y Javier viven su amor en secreto, como dos adolescentes en celo pero en la madurez. En este sentido, otro de los puntos importantes en las novelas que tratan la infidelidad es el de la atracción por lo prohibido. El ser humano, curioso por naturaleza, podrá encontrar fuera de las reglas sociales marcadas una excitación y una pasión que no pueden existir de ninguna otra manera.

El mito del amor prohibido fue y será siempre un argumento literario recurrente a la hora de explicar la mentalidad humana. Porqué en el fondo, en cualquier parte del mundo, a cualquier edad, en cualquier situación, todas las personas estamos marcadas por los mismos conflictos.madame-bovary1

Eduardo Fuentes entrevista a Celia Velasco-Saorí

Hace unas semanas, Eduardo de la Fuente entrevistaba a Celia Velasco-Saorí para su programa Trending Topic, de Canal 4. Aquí podréis ver la charla que mantuvieron. ¡Esperamos vuestros comentarios!

El arte de escribir

Cualquiera que haya tenido la ocasión de sentarse a escribir frente a un papel en blanco se habrá dado cuenta de la dificultad que ello conlleva. La profesión de escritor, guionista o periodista entraña una dificultad e implica tal pasión que no es apta para todos los públicos.

El que se dedica a escribir debe ser, ante todo, un amante de las historias. El periodista las relata, el guionista las pone en imágenes y el escritor les da forma a base de mucha imaginación. Ese el quid de la cuestión, la capacidad de generar historias en nuestra mente, aunque no solo eso, sino que sin gran esfuerzo, dedicación y organización, un proyecto literario no va a llegar a buen puerto. Aunque suene a tópico, al escritor le debe gustar escribir. Es más, debe ser su mayor pasión, su relación amor-odio.

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El síndrome de la hoja en blanco asusta y puede llevar a la papelera a más de una historia. Sin embargo, al sentarse frente a el papel, el escritor lo primero que se pregunta es ‘¿qué quiero contar?’. Toda novela tiene un fin en sí misma, una idea que transmitir y si se tiene claro eso, ya está abierto el camino. El resto es un sinfín de pasos que se resumen en definir la historia, el tema y a los principales personajes y sus tramas. Suele pasar que muchas veces aparece antes el personaje que la historia, aunque en este sentido el orden de los factores no altera el producto.

La definición de los personajes, tanto física como psíquicamente, es el punto de partida básico y uno de los pilares más importantes de una historia. Como sucede en la vida real, que las historias no son nada sin las personas, que somos nosotros los que vamos creando el camino.

La mujer, gran protagonista de la literatura

Julia Maldonado es la protagonista de ‘Los atardeceres de Julia’, primera y exitosa novela de Celia Velasco-Saorí. No es casualidad que sea una mujer la que nos guía por esta historia de infidelidad, sexo, amor y tragedia. No es casualidad que Julia sea una mujer madura y que descubra en la vida una pasión desconocida hasta el momento.

Julia podría pasar a aumentar la lista de grandes protagonistas femeninas de la literatura. Personajes como Emma Bovary o Elizabeth Bennet vienen a confirmar que la figura de la mujer se ve especialmente representada en las historias de libros y películas. Por otro lado, estos personajes han adquirido un lugar inamovible en el imaginario colectivo, haciendo que todas las adolescentes quisieran ser Julieta y encontrar a su Romeo o descubrir el amor verdadero que Rose encuentra en el Titanic.

30052013_celiaJulia siempre fue una niña imaginativa, inquieta,
espontánea y de agotadora vitalidad, por lo que sus padres
tomaron la decisión de internarla en un buen colegio
en el extranjero para que se formara como una señorita, ya
que los continuos viajes que, por trabajo, tenía que realizar
su padre y la delicada enfermedad de su madre, impedían
atenderla como ella necesitaba.

 

La escritora mallorquina Carme Riera, autora de obras como ‘Te deix amor, la mar com a penyora’ y ‘Dins el darrer blau’ , afirmaba en una entrevista que le gusta que las protagonistas de sus libros sean mujeres y las entiende como heroínas de lo ordinario y lo extraordinario. También el gran Pérez-Reverte cree firmemente que la mujer es el único héroe literario posible en el siglo XXI.

La literatura actual nos confirma esa tendencia, ya que hoy en día podemos encontrar en el mercado grandes éxitos protagonizados por mujeres, fuertes, luchadoras, atrevidas, apasionadas. Como Julia Maldonado, quién, tras vivir una vida sosegada y marcada por la tradición, se rebela contra su mundo y contra ella misma para encontrar lo que realmente busca, una pasión que la haga sentirse viva.

Mi pasión por las letras

Cuando comienzo a escribir una novela me gusta meterme de lleno en un mundo imaginado, con sus luces y sus sombras, creando una historia que voy desarrollando a medida que transcurre la narración, y en la que no me planteo como va a concluir, ni los acontecimientos que irán ocurriendo en la misma. Todo va sucediendo a medida que voy relatando la vida de los personajes.

Me gusta jugar con las palabras cuando escribo, y de una palabra me sale una frase, y uniendo varias frases llego a construir un capítulo; y paso a paso voy creando la vida de sus protagonistas. Y me disfrazo de mis personajes para vivir las vidas que estoy creando, y con ellos bajo a los infiernos, y subo a las estrellas, o me adentro en mares infinitos de nostalgias y melancolías.

Leo y releo cada frase escrita en voz alta para saber como suena, y pienso como le sonará al lector cuando tenga esa historia entre sus manos.

07052013- escribirSólo pretendo regalar a la gente mi imaginación en forma de palabras. Y quiero pensar que la novela no se quedará olvidada una vez leída; que su recuerdo les hará volver a abrirla después de unos años, porque cuando cerraron la última página sintieron un gran vacío. Lo mismo que me ocurrió a mí con una de las primeras novelas que leí cuando tenía entre catorce y dieciséis años: Gran Hotel, de Vicki Baum. La he vuelto a leer varias veces, porque es una historia que me enganchó desde sus primeras páginas. Me sumergí con facilidad en las vidas de sus protagonistas, donde percibí una variedad de sensaciones que me atraparon pese a mi corta edad. Y, años más tarde, al volver a leerla, he experimentado una profunda conexión con la autora, y la misma inquietud por la trama que me produjo en mi adolescencia, desbordando mi imaginación. Creo que desde entonces aprendí a vivir las historia que leo y las que escribo.

A la hora de escoger un libro, apuesto por aquellos autores que demuestran una gran imaginación al escribir, como fue el gran Julio Verne, que escribió obras como: La vuelta al mundo en 80 días, Viaje al centro de la tierra y Miguel Strogoff, describiendo la estopa rusa y el Kremlin como si hubiera estado viviendo allí. O Emilio Salgari, que escribió Sandokán; o Edgar Alan Poe, increíble en novela negra, relatos y cuentos. También me interesan muchos otros escritores, aquellos que se han pasado muchos años investigando una historia para narrarla con todo lujo de detalles, como Tom Wolf, que su Hoguera de Vanidades le costó pasarse diez años en Nueva York, yendo cada día a Wall Street, a ver el manejo de la Bolsa, acudiendo a juicios, asistiendo a las fiestas de la alta sociedad… O Graham Green, diplomático y escritor, que visitó casi todos los países del mundo, escribiendo obras como El sastre de Panamá, Los Comediantes, Nuestro hombre en La Habana. Magnífico también Kent Follet, en Los pilares de la Tierra… Me gusta mucho Gabriel García Márquez, Paulo Coelho…y muchos otros, además de los clásicos, que siempre hay que leer.

Los últimos que he leído: Contra el viento del norte y Siete olas, de Daniel Glattauer; El tiempo entre costuras y Misión olvido, de María Dueñas; La amaba y Juntos nada más, de Anna Gavalda; El tango de la vieja guardia, de Arturo Pérez Reverte…

Y hay muy buenas novelas que no tienen una gran repercusión entre el público. Lo que demuestra que se necesita un buen marketing para lanzarlas, como le ocurrió a Don Brown, que primero escribió Ángeles y demonios sin obtener ningún éxito, pero cuando publicó El código da Vinci obtuvo un gran éxito, y los lectores fueron en busca de sus antiguas obras.