LA CUARTA NOVELA DE CELIA VELASCO-SAORI
VIDAS ROTAS.
Prólogo:
No es tarea simple escribir sobre el trabajo de alguien a quien se conoce, sin caer en «tópicos emocionales» ni dejarse llevar por el elogio fácil y condicionado. En el caso de Celia Velasco no es complicado ser objetivo, para los que conocemos un poco de la personalidad magnética y obra en consonancia de la escritora madrileña, que siempre escribe desde la atalaya firme de la propia experiencia, desde la búsqueda de lo autentico y verdadero, humanísticamente hablando.
En sus tres novelas anteriores ha tocado temas de interés general ; el amor, el sexo, y la vejez, de una forma realista y sensible al mismo tiempo, mediante el uso de un lenguaje crudo a veces, pero adecuado y oportuno dentro de los contextos.
Lo que identifica a la obra de Celia Velasco es una progresión lineal constatable, en cuanto a elección de los temas y forma de trabajar sobre ellos, con sensibilidad y compromiso constante en el desarrollo de una escritura práctica para el interés de sus lectores. Podemos decir que todo ello se consigue en esta nueva novela, madura y comprometida, que nos deja una sensación remanente de haber hallado una información de utilidad, más allá del entretenimiento.
En esta ocasión se afronta un tema complejo, a través de las experiencias de Laura Medina, la protagonista. Un asunto todavía tabú para una sociedad hipócrita en algunas ocasiones. «VIDAS ROTAS» nos acerca a este mundo oculto de las prisiones, y trata de mostrarnos una realidad compuesta por la amalgama de vivencias de los internos y de los profesionales que deben velar y trabajar para su correcta reinserción en la sociedad. La psicóloga se introduce en el infierno cotidiano que comparten millones de personas privadas de libertad, mientras vive el suyo propio, envuelta en un estado repleto de dudas existenciales que le impide afrontar sus emociones más oscuras, potenciadas con frecuencia en su entorno laboral. Al límite de sus fuerzas, Laura comienza a tomar su responsabilidad ante lo que le acontece, a practicar un autoanálisis comprometido, hecho que influirá de manera determinante en su vida. Nos lo muestra en esta novela plena de drama y crudeza, pero que al mismo tiempo vislumbra la posibilidad de un cambio esperanzador, la humanización de las instituciones penitenciarias por una parte, y la capacidad personal de renacer de las propias cenizas por otra.
Otros personajes claves en la novela, Carmelo, José, o Willy, nos muestran la dura realidad a la que se enfrentan a diario a través de sus experiencias. Nos inquietan por momentos , si pensamos en lo fina y frágil que es la línea que a veces separa a un preso de un hombre libre, tanto física como mentalmente, en un mundo donde el estrés y las situaciones complejas nos pueden acercar en ocasiones a la frontera entre un estado u otro. Se deja entrever un mensaje subliminal que considero claramente intencionado; las circunstancias adversas y a veces completamente fortuitas pueden llevar a cualquiera a verse en situaciones parecidas. En esta novela se tratan estas y otras cuestiones de manera muy ilustrativa.
«Si odias a una persona, odias algo de ella que forma parte de ti. Lo que no forma parte de nosotros no nos molesta.» (Hermanen Hesse)
Por una parte se habla aquí de la libertad «física» de la que están privados algunos personajes, pero al mismo tiempo se persigue la búsqueda de libertad seguramente más importante, la que nos da la capacidad de elegir el rumbo de nuestra propia vida. También nos cuenta una historia de superación ante la «adversidad» que implica a veces vivir, mientras nos remueve la conciencia a momentos y nos incita a ser empáticos, a tener una visión más amplia y compasiva acerca del prójimo y sus vicisitudes, mediante un mensaje valioso envuelto en lo ambiguo que supone la coexistencia entre la miseria y grandeza del ser humano.
«Aprender a leer es un fuego, cada silaba que se deletrea una chispa» (Víctor Hugo)
Creo que el texto precedente es apropiado para terminar este prólogo a la última creación de Celia Velasco. Después de leer su novela nos queda la certeza de que en ella se encuentran multitud de chispas que pueden encender la llama del pensamiento útil, llevados de la mano por una gran comunicadora, con más de 25 años de carrera profesional.
Enhorabuena a la escritora por este nuevo e interesante trabajo, y a los lectores que hallarán en él motivos de reflexión y horas de apasionante lectura.
Juan A. Montañez