En los últimos años el género de la literatura erótica ha salido del anonimato para convertirse en todo un éxito de masas. El erotismo y el sexo siempre han estado asociados a la sociedad y la cultura del ser humano desde la antigüedad y la literatura no ha sido una excepción. Aunque a menudo este género se ha visto sometido a la censura y al pudor, en la actualidad ¿podemos afirmar que la sociedad ha superado sus propios tabúes?
Es posible encontrar fragmentos claramente eróticos en obras como El Quijote de Cervantes o el Ulises de James Joyce, pero no por ello se consideran novelas eróticas. Esta manera de introducir algunos pasajes de temática sexual en las novelas es bastante popular, como es el caso de la novela ‘Los atardeceres de Julia’, que no se podría definir como una narrativa erótica, aunque sí que encontramos algunas escenas explícitas.
En la literatura antigua se asociaba al sexo con la unión de lo divino y lo terrenal. Los primeros escritos de este tipo se remontan a la Antigua Grecia, aproximadamente en el año 400 a.C. Por otro lado, la antigua Roma también fue muy prolífica en este género literario, siendo El arte de amar de Ovidio y El Satiricón de Petronio como las obras más relevantes de la época. A lo largo de los siglos, la narrativa erótica y relacionada con el sexo ha pasado por diferentes etapas de censura y liberación, hasta llegar a la actualidad, donde parece que ha empezado a cobrar cierta relevancia.
Algunos de los autores que han generado polémica con sus textos son D.H. Lawrence y Henry Miller. Ambos pertenecientes al inicio del siglo XX, vieron como sus obras El amante de Chatterley (1928), Trópico de Cáncer (1934) y Trópico de Capricornio (1938) eran prohibidas y estudiadas en múltiples lugares dada su temática relacionada con la prostitución y el sexo entre personas de diferente clase social.
Hoy en día, novelas como ’Diario de una ninfómana’ o ‘50 sombras de Grey’ han contribuido a sacar a flote este tipo de literatura y a enganchar a miles de lectores. Parece ser que la sociedad actual ha dejado el pudor de lado para entender el sexo como un tema más. Al fin y al cabo, es algo intrínseco a la naturaleza y al ser humano, ¿por qué no vamos a poder hablar de ello con total normalidad?