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Párrafo «sexoenlared.com»
«Es tarde. La oscura y fría noche de otoño se desvanece silenciosa como si el invierno impaciente quisiera recorrer nuestros momentos. Las tenues luces de la ciudad se cuelan por el ventanal, pintando bonitos colores en las paredes de la habitación del hotel en la que te espero. Me gustan esos reflejos llenos de sombras y luces.
A la vez que pienso, espero escuchar tu llegada detrás de esa puerta que nos separa del resto del mundo. Ansío ese sonido que acelere aún más mi corazón: el taconeo de cada paso por el pasillo, el caminar de tus piernas que se acercan hasta la habitación.
Tengo unas copas de cava preparadas. Las miro. No sé si te gustará el cava.
Respiro hondo, y justo en ese instante oigo tus pasos llegar lentamente.
Me aproximo a la puerta, la entreabro y te miro con los ojos brillantes de emoción contenida. Sin palabras, cojo tu mano sin poder evitar cierto temblor en la mía. Te entrego la copa, brindamos por ti, por mi y por el instante. Un sorbo. Burbujas que se esparcen en nuestras bocas…
Me tientas mirándome con tus ojos misteriosos, y a la vez tan bellos, que me atrapan. Bajo mi mirada a tus labios, tan sensuales, tan húmedos…
No lo pienso, deseo acercarme a ellos… Y lo hago. Un beso dulce, otro más suave, para, al instante, abrazarnos y comernos la boca salvajemente.