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Y flexioné mis brazos para alcanzar tu boca… «sexoenlared.com»
Una mezcla de curiosidad, escepticismo y excitación, aderezado con algo del morbo propio de esta aventura que me has propuesto, y que tanto me atrae, está a punto de hacerse realidad.
Me deshice de mi ropa en un instante y me puse sobre ti, apoyando mis manos sobre la cama para no aplastar tu cuerpo contra el mío y poder seguir contemplándolo. Flexioné los brazos para alcanzar tu boca, me comí tus labios poco a poco, tu cuello, tus pechos, y seguí bajando por tu vientre… Por fin estábamos unidos, moviéndonos despacio, rítmicamente. Ahora te sentía en toda tu plenitud y me susurrabas lo que sentías.