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Prólogo sexoenlared.com
Jennifer Turnner está buscando hombres. Pero no hombres corrientes. Todos ellos deben ser muy diferentes a pesar de estar unidos por un denominador común: cada uno de los aspirantes desea ardientemente llevar a cabo sus más ocultas fantasías sexuales. Pero la escritora solo desea experimentar con sus mentes libremente, con el sentimiento que los lleva a buscar mujeres anónimas con las que llevar a cabo pasiones prohibidas sin la necesidad de ataduras o compromisos.
Los candidatos tienen vidas opuestas, aunque por fuerza deben poseer varios dones, como por ejemplo la creatividad o el ingenio, pues deberán ser capaces de construir una historia de seducción lo bastante buena e intrigante con la que lleguen a convencerla de ser merecedores de que les conceda una cita.
Pero ella solo desea tener los argumentos necesarios con los que escribir una novela erótica completamente distinta de las publicadas hasta la fecha. Para lo que utilizará a “los elegidos” usando su imaginación hasta extremos increíbles con tal de conseguir el objetivo de provocar más placer virtual que físico, convirtiendo el erotismo en arte puro.
Y lo más asombroso es que Jennifer Turnner ni siquiera necesitará presentarse después de organizar esas citas que no tendrán lugar, citas que no harán sino despertar aún más el interés de los elegidos a la hora de seguir soñando con alcanzar su anhelado trofeo; ya que está tan segura de sí misma y su proyecto, que conoce los pasos a dar y nunca duda al hacerlo.
Así pues, los hombres y nadie más protagonizarán su novela, hombres ansiosos, exultantes y frenéticos, hombres hermosos, fuertes, inteligentes, todos y cada uno de ellos con la libido de una bestia hambrienta de sexo y únicamente deseando con todas sus fuerzas llegar al final del juego propuesto por la misteriosa mujer, que los manipula como si fueran niños. Niños con los que dar forma a la afirmación de Oscar Wilde cuando sostenía que la vida siempre va a la zaga del arte, que es exactamente lo que consigue, proporcionándoles más morbo desde la sombra que si estuvieran participando en una orgía salvaje.
Martín Garrido
Director de cine, pintor y escritor.