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Párrafos de Los atardeceres de Julia

Como muchos otros atardeceres, Julia Maldonado caminó con paso lento por el jardín de su finca hacia los acantilados. Allí, en su rincón peferido, se sentaba en su viejo banco y dejaba vagar su imaginación.
Foto: Como muchos otros atardeceres, Julia Maldonado caminó con paso lento por el jardín de su finca hacia los acantilados. Allí, en su rincón peferido, se sentaba en su viejo banco y dejaba vagar su imaginación.

Párrafo Atardeceres de Julia

Allí se refugiaba muchas tardes observando como las gaviotas,entre chillidos, planeaban con las alas extendidas atraídas por el olor de los peces. El atardecer era la mejor hora del día para pasear la vista hasta hasta llenarse de armonía y…Ver más
Foto: Allí se refugiaba muchas tardes observando como las gaviotas,entre chillidos, planeaban con las alas extendidas atraídas por el olor de los peces. El atardecer era la mejor hora del día para pasear la vista hasta hasta llenarse de armonía y belleza, comtemplando como las aguas de Mediterráneo se iban uniendo lentamente a un cielo azul rosáceo, para terminar fundiéndose en un abrazo. Julia cerraba los ojos unos minutos para, al abrirlos de nuevo, comprobar como se había apagado la luz del día para dar paso a una noche llena de lunas cambiantes, de sombras y de luces.

«Pedazos de Julia»

Julia necesitaba abrirse como un abanico a las diversas emociones que su corazón le pedía cada vez con más intensidad.A veces se sentía invadida por una extraña mezcla de sensaciones: ahogo, turbación, desconcierto…, que se traducían en un extraño calor en su sexo, transportándola a un estado entre el tormento y el éxtasis. Le gustaría poder cerrar los ojos y volar tras sus sueños…
Foto: Julia necesitaba abrirse como un abanico a las diversas emociones que su corazón le pedía cada vez con más intensidad.A veces se sentía invadida por una extraña mezcla de sensaciones: ahogo, turbación, desconcierto..., que se traducían en un extraño calor en su sexo, transportándola a un estado entre el tormento y el éxtasis. Le gustaría poder cerrar los ojos y volar tras sus sueños...

Curro, su fiel compañero

Su fiel amigo, un cachorro de ocho meses Lhasa Apso, de pelo blanco inmaculado llamado Curro, la seguía donde quiera que fuese, y permanecía a su lado mientras Julia contenmplaba un nuevo atardecer…
Foto: Su fiel amigo, un cachorro de ocho meses Lhasa Apso, de pelo blanco inmaculado llamado Curro, la seguía donde quiera que fuese, y permanecía a su lado mientras Julia contenmplaba un nuevo atardecer...

«Pedazos de Julia»

Julia Maldonado se casó a los 19 años con su amigo de toda la vida e hijo del socio de su padre, David Salgado, un buen hombre y un buen partido. El día de su boda, lucía un impresionante vestido confeccionado por uno de los diseñadores más importantes del momento, Pertegaz. En la ceremonia se dieron cita lo más granado de la sociedad mallorquina, así como numerosos empresarios hoteleros llegados de toda Europa.
Foto: Julia Maldonado se casó a los 19 años con su amigo de toda la vida e hijo del socio de su padre, David Salgado, un buen hombre y un buen partido. El día de su boda, lucía un impresionante vestido confeccionado por uno de los diseñadores más importantes del momento, Pertegaz. En la ceremonia se dieron cita lo más granado de la sociedad mallorquina, así como numerosos empresarios hoteleros llegados de toda Europa.

«Pedazos de Julia»

Michelle, su compañera del internado, llegó desde París para acompañar a su íntima amiga al altar como dama de honor. No pudo evitar emocionarse y llorar durante toda la ceremonia, pués era de las pocas personas que sabía que Julia nunca había estado enamorada de quien iba a convertirse en su esposo.
Foto: Michelle, su compañera del internado, llegó desde París para acompañar a su íntima amiga al altar como dama de honor. No pudo evitar emocionarse y llorar durante toda la ceremonia, pués era de las pocas personas que sabía que Julia nunca había estado enamorada de quien iba a convertirse en su esposo.

«Párrafo de Julia»

¿Y si eran las caricias de otro hombre lo que le estaba perturbando desdde hacía tiempo? -se preguntó inquieta-. ¿Y si era eso lo que su cuerpo le pedía cada vez con más intensidad, sin que hubiera llegado a comprender qué era exactamente lo que le consumía las entrañas?
Foto: ¿Y si eran las caricias de otro hombre lo que le estaba perturbando desdde hacía tiempo? -se preguntó inquieta-. ¿Y si era eso lo que su cuerpo le pedía cada vez con más intensidad, sin que hubiera llegado a comprender qué era exactamente lo que le consumía las entrañas?

«Parrafo de Julia»

El deseo de verse cara a cara, de mirarse directamente a los ojos y poder tocarse las manos, llevó a Javier a dar el primer paso pidiéndole una cita. Julia no se atrevió a contestarle, aunque no dejó de pensar en ello.
Foto: El deseo de verse cara a cara, de mirarse directamente a los ojos y poder tocarse las manos, llevó a Javier a dar el primer paso pidiéndole una cita. Julia no se atrevió a contestarle, aunque no dejó de pensar en ello.

«Párrafo Julia»

El taxi la dejó frente a la verja de la casa de Javier. Observó los setos atiborrados de escarcha. La nieve había sido retirada del camino hasta la vivienda, no así la que cubría el resto del jardín. Situada en la parte alta del pueblo, deb…Ver más
Foto: El taxi la dejó frente a la verja de la casa de Javier. Observó los setos atiborrados de escarcha. La nieve había sido retirada del camino hasta la vivienda, no así la que cubría el resto del jardín. Situada en la parte alta del pueblo, debía tener una vista impresionante sobre todo el pueblo. Levantó la mirada y vió salir humo por la chimanea, imaginándose un agradable fuego de leña caldeando la estancia. Tomó un poco de aire, tragó saliva y exhaló un largo suspiro. Estaba inquieta, nerviosa. Pese al entorno helado, sintió como le ardían las mejillas y los latidos de su corazón le golpeaban el pecho...

«Parrafo Julia»

Separaron sus cabezas, se sostuvieron las miradas notando sus ojos húmedos por la emoción de ese momento tan deseado. Unieron sus labios suavemente, sólo los rozaron, para volver a fijar sus miradas, pero sus bocas se reclamaban y sucumbier…Ver más
Foto: Separaron sus cabezas, se sostuvieron las miradas notando sus ojos húmedos por la emoción de ese momento tan deseado. Unieron sus labios suavemente, sólo los rozaron, para volver a fijar sus miradas, pero sus bocas se reclamaban y sucumbieron a un beso lleno de deseo. Julia se acopló a los labios de Javier, sintiendo como su lengua encendía todas sus terminaciones nerviosas, como la sangre le bombeaba las sienes y el corazón parecía querer estallar dentro del pecho. Mientras, un extraño hormigueo le recorría todo el cuerpo, a la vez que los músculos de su sexo se contraían inexplicablemente.