Tatiana Petrova, la profesional de Celia Velasco

 

“De los labios de la adúltera fluye miel; su lengua es más suave que el aceite. Pero al fin resulta más amarga que la hiel y más cortante que una espada de dos filos. Sus pies descienden hasta la muerte; sus pasos van derecho al sepulcro.”

(Proverbios 5:3-5 NVI)

Quizás desde que el hombre es consciente de que es un animal diferente al resto de los animales que pueblan la Tierra; que su inteligencia la confiere la autoridad de dominar al resto de seres vivos, quizás desde ese instante, se puso la primera piedra para diferenciar al hombre de la mujer, distinguiendo la superioridad del primero sobre la segunda, pero además otorgando una serie de prejuicios que han llegado hasta nuestros días.

Cuántas veces hemos escuchado que la profesión más antigua del mundo es realizada por la mujer que a través de utilizar su cuerpo y la belleza de este lo vende por un precio. Cuántas veces hemos tenido que oír e incluso ser insultadas diciéndote “puta”. Y es que desde los inicios de los tiempos ejercer de prostituta no ha sido valorada como una profesión, todo lo contrario, de forma peyorativa se nos tachan, sobre todo a las mujeres de ello. Mercadear con nuestro cuerpo. La RAE define prostitución como:                   

  1. Actividad u ocupación de la persona que tiene relaciones sexuales a cambio de dinero.
  2. Acción de prostituir o prostituirse.

Aunque es continúo el debate social sobre la igualdad de géneros, nadie levanta la voz por un colectivo sean mujeres o no, porque no podemos olvidar que también hay hombres que lo ejercen, sobre reconocer la prostitución como un oficio o una profesión, de la misma manera que existen mecánicos, abogados o futbolistas. Más bien, las prostitutas son relegadas a uno de los últimos escalafones sociales.

Celia Velasco nos quiere ofrecer una perspectiva muy diferente de la prostitución, abriendo las miras a mentes retrogradas que no ven más de prejuicios establecidos, en su libro Tatiana Petrova, la profesional. La autora haciendo uso de su manejo del periodismo y de la investigación, indaga en la vida de una mujer que, aún siendo joven, en el último año de su historia su alma y su cuerpo se sumergen en las más oscuras tinieblas.

Es de la mano de la inspectora de la policía, Dolores González Adrover, Lola, que conoceremos la verdadera historia de Tatiana. Lola, tras los primeros días de adaptación a su nueva situación personal pues se ha tomado una excedencia en su trabajo, decide matar el tiempo investigando antiguos casos que quedaron sin resolver, como el caso de Tatiana, detenida y condenada por unos crímenes sin cuerpos, que apuntaban maliciosamente hacía ella como la causante. Lola no escatima esfuerzos para conseguir entrevistarse y lograr la simpatía de la presa, para que esta de primera mano le relate su historia. Aunque, Tatiana impondrá las condiciones para dar a conocer su verdad y a pesar del recelo inicial, aceptará el reto para dejar constancia de su verdad. Así ambas mujeres, tras largas horas de conversación, entablarán una amistad y una empatía que no deja dudas de los valores morales y éticos de ellas. La narración de Tatiana servirá para Lola iniciarse en el proceso de escribir, ya que una de las condiciones de la rusa, origen de Tatiana, es que su historia sea publicada en un libro. La importancia de estas entrevistas no solo reviste en una vida de lujo e “inmoralidad”, sino en la capacidad de Lola de abstraerse de cualquier tipo de tabú que rodea esa manera de vivir. La capacidad de la rusa de comprender sus errores y que quizás el precio de sus objetivos ha sido tan alto que no ha valido la pena.

La infancia de miseria y convulsión en su Rusia natal, obligarán a la familia de  Tatiana en plena adolescencia, a enviarla de forma furtiva a Holanda para servir a una acaudalada familia. En esa ebullición de cambios hormonales, la belleza de la joven la distinguirá de todas las demás y las miradas de los hombres se volverán hacía ella. Inocentemente descubrirá el sexo y a partir de ese momento comprobará que su espectacular belleza y sus dotes para aprender con facilidad “las artes amatorias” las podrá explotar para lograr sus objetivos, entre ellos la libertad. Un viejo Pigmalión, Raymond Oswell, mecenas de Tanya, le ofrecerá todo los consejos necesarios, para que ella se preparase y poder decidir su futuro.

“nunca dejes que ninguno de esos tipos intente hacerte algo que tú no desees”

Llegado el momento de poder volar ella sola, no tendrá ninguna dificultad para adentrarse, en círculos exclusivos de la sociedad europea conquistando a los hombres más ricos y poderosos del momento. Su belleza, su elegancia, su educación, su saber estar, su sensualidad y erotismo; su fantasía para crearse y creerse unos orígenes nobles, y sobre todo complacer sexualmente a sus clientes le otorgaran todo aquello que persigue en la vida. Lujo, dinero, y la libertad para influir en quién desease. Pero la ambición tiene un precio y ella, después de viajar por toda Europa, se acaba estableciendo en Mallorca, el paraíso soñad. Será allí donde se desencadena el fin de su reinado; el lugar donde descubre por primera vez el amor de verdad, de igual manera la desgracia y la locura. En Mallorca sabrá quien es amigo de verdad y el valor de la amistad, la fidelidad y la lealtad.

Celia Velasco, no pretende desde mi opinión, tan solo relatar la historia de una prostituta que se especializa en una profesión que oculta en mentiras, en la inteligencia de observar y complacer; en manipular a los hombres, aunque ellos se crean lo contrario. Lejos de la inmoralidad trasnochada de una sociedad que se echa las manos a la cabeza, tras las escenas de sexo de Tatiana, la autora consigue mostrar a una mujer vencida por la confianza que deposita en ciertas personas, demostrando que no siempre se puede vivir en alerta constante y el mínimo error te destruye. La frialdad de Tatiana ante los sentimientos de la vida, en su etapa de prostituta y amante, contrasta con la última Tatiana, envuelta en la depresión, entregada y sumisa a las circunstancias de la prisión; lejos del glamur y la ropa de marca, aunque con la esperanza de que Lola salve su vida ante los ojos de una sociedad que pierde moralina por sus rendijas, para escondidas ofrecer su peor cara.

En La Profesional, la autora nos presenta las dos caras de una moneda, la de la prostitución de lujo. Por un lado, dinero, ambición, fama e incluso respeto, comprado. Por otro, la soledad, la desconfianza, la falta de autoestima… Siempre vivir al límite de todo, con un ojo avizor de no ser descubierta. En mi criterio tan importante es la vida de Tatiana como la de Lola. Dos mujeres que no tienen nada en común, quizás coinciden en ser dos mujeres hechas a sí misma; pero alejadas en sentimientos y valores. Destaco la soledad escogida de Lola, su constancia y persistencia, la paciencia; la importancia de la familia y los amigos para ella, la responsabilidad de sus actos, y como la culpa y la conciencia le atrapa en un estado de apatía al que se sobrepone. Quizás un aspecto en común entre Lola y Tanya es ser las mejores en todo lo que desempeñan. En cambio, Tatiana es un témpano de hielo, educada, segura de sí misma ejerciendo su profesión, inteligente, y con una ambición “sin límites”; sin ningún tipo de dudas ni cuestionamiento moral o ético sobre sus prácticas sexuales; decidida y arriesgada; una mujer ajena a los sentimientos y las emociones respecto al acercamiento afectivo a las personas que no sea ella misma. Aunque siempre complaciente a su cliente sin remilgos ni escrúpulos.

“Activa, dominante, pausada y serena. Lo entregaba todo, pero exigía más. Era como una loba en celo

Y siempre teniendo presente las lecciones de su benefactor.

“Date el valor que te mereces, y piensa siempre que eres única”

En el trasfondo de este libro, temas que la sociedad debate, desde la bisexualidad, el tráfico de mujeres, el lesbianismo, el BDSM, los trastornos mentales como la esquizofrenia, la hipocresía social. El papel de la policía en la resolución de crímenes y la estancia en una prisión sin libertad y en un entorno conflictivo. El lugar que ocupan los hombres en esta historia, hombres que desean dominar todo lo que miran y tocan; hombres ambiciosos que también tienen sus secretos de alcoba y miserias ocultas tras un traje de Armani. A pesar de ello, Tatiana aprende de todos ellos, los satisface y a su manera les guarda cariño, respeta y, mantiene discreción y secreto sobre sus vidas sexuales. Celia que la veo camuflada en el rol de Lola,escribe sin tapujos, directa, sin escatimar describir hechos y situaciones que pueden atentar contra la moral de muchos o algunos. Su narrativa te engancha desde el inicio, sin barroquismos ni dulcificar escenas; se mueve desde la tercera persona cuando es Lola la que relata su acercamiento a la rusa y en primera persona, será esta la que cuente la sucesión de hechos que plagan su vida. Realmente, muy buen final, con un giro sorprendente para el lector.

Leer a Celia en este registro muy diferente y alejado de Don Isidoro, demuestra la versatilidad de la escritora para atreverse con todo, si algún “pero” he de poner, es que se me ha quedado más por saber de Lola. Puedo decir que es un libro que lo lees en una tarde, pues quieres saber más y más de la vida de una mujer que todo lo consiguió y un error, en esa profesionalidad que tanto defendía, fue su fin como tal. Muy recomendado.

“Vergonzosa, inmoral, indecente… Creo que esos fueron algunos de los adjetivos que cuchichearon a mi paso. Y si le soy sincera, creo que se quedaron cortas”.