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Lee más sobre VIDAS ROTAS (de Celia Velasco-Saorí) Pronto…

images-197-Ha sido otro de los momentos más duros que he vivido con uno de mis pacientes, Esteban. Creo que el más cruel, brutal, inhumano y monstruoso. Me estoy refiriendo a Carmelo –Laura hizo una breve pausa para que su amigo se centrara en el personaje- . ¿Recuerdas que en su primera visita no fui capaz de sacarle una palabra? Pues hoy ha hablado. ¡Qué horror! Jamás pensé que se pudiera hacer tanto daño a una persona de forma tan cruel y mezquina. Fíjate como ha sido, que le he pedido en medio de su confesión que lo dejáramos para otro día, y no por el esfuerzo que notaba que estaba haciendo al recordar las brutalidades que había sufrido, sino porque, realmente, era yo quien no podía continuar escuchando tales atrocidades.images-56

-Tranquila, tesoro. Cuéntamelo y sacarás ese peso de tu interior.

-Es un chico gay, que desde pequeño ha sido maltratado por su padre, quien nunca admitió su condición de homosexual. Se escapó de casa con quince años porque no podía soportar las palizas que le daba su padre, quien creía que de esa manera podría quitarle sus modales tan poco masculinos. Después de mal vivir unos días en la calle, se encontró con unos transexuales que le acogieron en su casa. Más adelante, por razones que serían muy largas de explicar, se vio metido en un lío de drogas y, aunque no tenía nada que ver con ese asunto, terminó dando con sus huesos en un centro de menores. images-201

Y fue allí donde comenzó su auténtico calvario:
abusos y salvajadas aberrantes que le han dejado marcado de por vida. Ya te lo explicaré otro día con detalles, ahora me siento incapaz de verbalizarlo de nuevo y pasar por el mismo tormento que sufrí al escucharle.

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