Cena íntima de la protagonista de sexoenlared.com

Alterada por sus palabras, me moví inquieta en la silla. Al notar mi excitación,  me acarició los senos por encima del vestido, poniéndome los pezones duros de inmediato, sintiendo al mismo tiempo unas constantes contracciones en mi sexo.

Decidida a entregarme de nuevo, comprobé que su virilidad despertaba, al ver como su miembro respondía de forma inmediata dentro de sus pantalones.

Cuando sus dedos empezaron a deslizarse por mi espalda, un escalofrío recorrió mi espina dorsal. No sabía si era por el efecto del champagne, pero estaba dispuesta a que me hiciera suya allí mismo, sobre la mesa. Cerré los párpados esperando a que pudiera ocurrir cualquier cosa que él decidiera, porque ya no era dueña de mis actos.