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La «dominación» y «sumisión» en sexoenlared.com
Arrodillado y postrado a sus pies, le doy las gracias por otorgarme esta oportunidad de poder explicarle en qué consisten estas “perversiones” como Usted las ha denominado, pero que para muchos, y muchas, son el motor de nuestra libido. Espero ser digno de Usted, y que dentro de un tiempo desee conocerme y probar en persona lo que voy a contarle.
Este mundo de Dominación y Sumisión abarca un amplio abanico que cada uno lo disfruta a su manera. Desde un suave juego sexual, hasta altos grados de sadismo, estando este último caso, según mi opinión, en el límite o dentro de la enfermedad mental. Yo no soy sádico ni masoquista, aunque no niego que unos azotes, o cierto grado de sufrimiento, puede ser muy excitante como parte del juego.
Me ofrezco como su Esclavo, entregado y sometido a sus caprichos y deseos, un objeto para su placer, un perro siempre a sus pies dispuesto a satisfacerla como desee. Sería suyo y Usted mi Ama, mi Dueña y mi Diosa, a la que adoraría y serviría.
Como ve, la forma de expresarse y el tratamiento, son importantes dentro de mi fantasía. Así yo me dirijo a Usted en esos términos. Y Usted, hacia mí, de la forma que desee: esclavo, siervo, perro… Incluso humillándome verbalmente si es su deseo. Y también físicamente, pues debe tener claro que suyo soy y que le entrego mi voluntad y mi cuerpo, para que disfrute de mi como desee, solo pensando en su propio placer. Y no tenga ninguna duda de que mi placer vendrá a través del suyo, al sentir como Usted disfruta de mí siendo su esclavo.
Así mi lugar estaría siempre inclinado ante Usted, incluso podría ponerme un collar y una correa de perro si es su deseo. Estaría encantado de lamer y besar sus pies, y todo su cuerpo, intentando darle placer con mi boca y lengua allí donde mi Ama desee. Podría sentarse sobre mí usándome de silla, o podría llevarla sentada sobre mi espalda como si fuera su pony, mientras yo arquearía mi espalda arriba y abajo, y me balancearía hacia delante y hacia atrás para que sienta como su sexo se roza en mi espalda, al igual que sentiría mi esfuerzo por satisfacerla.
Puede azotarme mientras está sentada sobre su esclavo. También me encantaría sentirla sentada en mi cara, mientras lamo y chupo su ano, o su sexo, o ambos, uno tras otro.
De igual manera, si desea que la penetre será un placer. Puedo hacerlo de la forma que sea, bien estando Usted sentada sobre mi sexo, o tumbada, mientras yo, su esclavo, la penetro siguiendo sus instrucciones, a un ritmo más o menos fuerte, más o menos rápido. Puede atarme y vendarme los ojos para hacer conmigo lo que desee, y azotarme sin excederse y sin dejar marcas y, en definitiva, disfrutar de su esclavo según su voluntad, pues para eso estoy, para servirla y satisfacerla, y espero que pronto sienta que le pertenezco, que soy suyo, que su placer es mi fin, pudiendo castigarme cuando crea que lo merezco, o simplemente para divertirse.
Por supuesto, todo estaría dentro de los límites del sentido común y pactado anteriormente.
Y aquí me despido, esperando sus comentarios y opiniones sobre lo que acaba de leer y deseando que detrás de este, vengan muchos más emails, y en un futuro quiera quedar en persona y disfrutar de mí.
Aún a costa de ser demasiado atrevido y, sin su permiso, beso sus divinos pies como despedida. Y le ruego, y suplico, tenga a bien aceptarme a su servicio como su esclavo…