Megan Maxwell: «En ocasiones las mujeres disfrutan más leyendo escenas eróticas que practicando sexo real».

 La fantasía al poder                                                                                                               

Parece que a las mujeres adúlteras de nuestro país les atrae la fantasía y el atrevimiento.   El 68% de ellas consideran leer textos eróticos como uno de sus juegos sexuales favoritos. En segundo lugar, al 61% les gusta experimentar cosas nuevas, seguido de muy cerca por el sexo romántico (el 59%). A casi la mitad también les gustan los juguetes sexuales (49%), o incluso arriesgarse con un achuchón en un lugar insólito (45%).

Según Myriam Zanatta, portavoz de Gleeden.com en España, con estas cifras queda demostrado que en muchos casos la infidelidad tiene que ver con las ganas de salir de la rutina: «No es de extrañar que las novelas eróticas estén más de moda que nunca entre las mujeres infieles. Las adúlteras buscan fantasía, salir de la monotonía, a nivel sentimental pero también en la cama. Muchas se sienten más libres de experimentar con una persona que no es la pareja oficial. Por eso el sexo convencional está tan solo en séptimo lugar del ranking. Para eso no les hace falta buscar una aventura».

Maxwell: «Con el poder de la mente disfrutan lo que leen de una manera increíble»

En España, destaca la figura de Megan Maxwell, escritora estrella de literatura erótica. Tras 20 años escribiendo, y una larga lista de novelas románticas, históricas y chic lit publicadas, la escritora ha saltado a la fama con su popular trilogía «Pídeme lo que quieras», hoy bestseller en la mayoría de librerías del país. El éxito de Maxwell se debe, según ella misma, a que todo el mundo tiene fantasías, pero no se habla de ello por pudor. El hecho que sus personajes sea realistas también es clave para que las lectoras se adentren en la fantasía: «Los hombres son más visuales, y las mujeres más de imaginar y fantasear.

El leer este tipo de novela ayuda a imaginar y disfrutar de esas fantasías que anhelamos, pero que a veces las mujeres no nos atrevemos a realizar. Mis lectoras me explican que leer las escenas que plasmo en mis novelas les excita, les acalora, les provoca un morbo increíble y les hace en ocasiones disfrutar más que practicando el propio sexo real. El cerrar los ojos, imaginar y dejarse llevar por las fantasías, con el poder de su mente disfrutan lo que leen de una manera increíble».

Tal como apunta Maxwell, es cierto que este género literario parece no interesar a los hombres. Si bien queda más que patente el interés de las mujeres infieles por los textos eróticos, el estudio de Gleeden.com* revela que solamente el 19% de los hombres adúlteros admite gozar con este tipo de lecturas. En cambio, el 57% sí que disfruta viendo películas picantes.

Maxwell acaba de publicar «Adivina quién soy», primer título de una bilogía erótica plagada de morbo, sexo y fantasías. La escritora confiesa que a pesar que la mayoría de sus obras publicadas son de tipo románticas, se siente muy a gusto con las novelas picantes: «Cuando me propusieron escribir la novela erótica en un principio dije que no. Pensé que no sabría hacerlo, por la carga erótica que una novela de este tipo debe de llevar. Pero como me gustan los retos al final acepté dispuesta a intentarlo. Gustó y lo mejor ¡lo pasé bien escribiéndolas!

Nunca jamás pienses que te puedes enamorar de una chica que escriba.Tampoco la escuches o prestes mucha atención a lo que dice. Enamórate de una simple, sencilla y que tenga mala ortografía, ella te dará alegría sin sabor, de esa que no despierta emoción. En cambio, una chica que escriba, sería capaz de narrar la historia más aburrida y hacerla parecer divertida, interesante, ocurrente. Esa que escribe hasta en una  servilleta, será capaz de moverte algo más que el piso.

Sal con una chica que solo se preocupe por su aspecto, te vendrá bien en todas esas fotos y reuniones del trabajo. Tu mamá dirá que podrán tener hijos hermosos y que ella se dedicará a cuidarlos cuando llegue el momento. Una chica que escribe, en cambio, podría hacerte pasar momentos incómodos cuando decida reírse de alguna tontería en la calle, cuando recuerde algún cuento o cuando decida ser ella misma en alguna fiesta y convertirse en una persona interesante llena de cuentos y aventuras que solo conoce por las páginas que escribe.

Disfruta de tu vida con una chica cualquiera, sencilla y simple. Tendrás una vida sin preocupaciones y sin montañas rusas emocionales. Siempre sabrás qué esperar y cómo, disfrutarás del sexo matutino en la única posición que sabe, porque de todas maneras sentirá placer y tú también. Deja de lado a aquella chica que escribe, atrevida y oculta detrás de sus letras. Esa que es capaz de mostrar su lado más salvaje cuando se siente cómoda y aceptada porque será ese, aunque no lo creas, su momento de mayor sensualidad.

Ella, la chica que escribe, que lee, que disfruta, que crea historias será un reto. Mantenerla a tu lado no será cuestión sencilla. Disfrutará, probablemente, del cine “raro” y preferirá comprar libros antes que vestidos, pero aun así podrás encontrarla un día vistiendo solo sus lentes y algún libro que le guste porque así se lee mejor. Cuando nada te incomoda. Cuando solo la piel te acompaña. En cambio, aquella chica que no escribe ni siquiera un papel para decirte que la esperes, será mucho más fácil de mantener, llévala a fiestas ruidosas y llenas de gente plástica que solo asiste a aquellos lugares para que el ruido de la música les impida escuchar la tristeza de sus pensamientos.
Conquista a una mujer que no escriba, ella será fácil a la hora de consentirla y hacerle regalos, para ella será solo cuestión de rosas y chocolates, sin esperar más allá. Piensa que, si te enamoras de una que escribe, deberás buscar libros, tulipanes, chocolates diferentes, obras de teatro o sencillamente una tarde en un parque. Para ella cualquier regalo podría ser especial, pero no sabes qué es «cualquier regalo» porque sabes que ella retará tu creatividad.
En fin, enamórate. Enamórate de la que irrumpa en tus sueños cuando menos lo esperes, enamórate de esa que te rete. Conquista a esa mujer que, sin darse cuenta, ya entró en tu cabeza y no la puedes ni quieres sacar. Enamórala porque te la imaginas en tu casa, contigo a tu lado. Enamórala con frases inesperadas, con música que te conecte a ella, con deseos y mensajes que llegan a deshora solo para recordar que la extrañas. Enamórense.
Pero si descubres que ella es mucho para ti porque reta demasiado tu mente, corre a buscar a la chica que no escribe, pero antes déjale una nota a quién te robó el pensamiento para que esté enterada que será pronto el momento de colocar punto final a otra historia. Y si el caso es contrario, si descubres que tu vida está al lado de aquella que escribe, corre con un ticket del metro y un mensaje, entra en su biblioteca y déjaselo en el libro de turno, ¡Sorpréndela sin mentirle!

Por Laura Solórzano.

Laura Solórzano

Le gustaba observar como las gaviotas, entre chillidos,

planeaban con sus alas extendidas,

atraídas por el olor de los peces.

Desde allí dejaba pasear su vista hasta llenarse de  armonía y  belleza, contemplando  la maravilla que es ver como las aguas del Mediterráneo se van uniendo lentamente a un cielo azul rosáceo, para terminar funfiéndose en un abrazo.

Cerraba los ojos y soñaba durante unos minutos para,  al abrirlos de nuevo, comprobar como se había ido  apagando la luz del día para dar paso a una noche llena de lunas cambiantes, de sombras y de luces.