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Written by Celia Velasco-Saori

Opinión de una lectora de LOS ATARDECERES DE JULIA

Desde Facebook, Isabel Gomila me dice:

Hola Celia, quiero que sepas que leyendo tu novela “Los atardeceres de Julia”, has hecho que a veces me sintiera identificada con Julia, y otras David. Me he visto paseando por su finca, he disfrutado contemplando sus atardeceres tal como ella lo hacía. images-44

Cuando mi hija me veía llorar mientras leía la historia, yo se la contaba como si fuera real lo que me transmitía, porque para mí lo era.

 

 

 

He envidiado a Julia por haber descubierto el sexo de esa manera tan especial, tan maravillosa.

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Me ha tenido enganchada desde las primeras páginas y no podía soltarlo.

Tengo que darte las gracias por haberme sacado tantos sentimientos a flor de piel.

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Nuevo anónimo protagonista de «sexoenlared.com» se presenta.

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Mensaje para una escritora “alias María”.

Me han hecho falta más de tres meses en decidirme a contestar a la auténtica “María”, que no es otra que una escritora llamada Celia Velasco-Saorí, quien en su afán de conocer mejor a los hombres para hacerles protagonistas de su novela, decidió meterse en una página de contactos y enredarles en su tela de araña. Muy bien tejida, por cierto, pues he comprobado la calidad de moscas de toda índole y categoría que también se enredaron en ella.

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El título de la novela me hizo sospechar y decidí comprarlo. Y allí estaba yo cual inocente “seducido” por una mujer que se escapaba de todo lo que hasta el momento había encontrado en la red.

Tengo que confesar que, mientras iba leyendo, me asustó que los datos de los “captados” pudieran delatar al “infractor”, pero comprobé el tacto y seriedad de esa mujer que nos llevó hasta donde ella quiso, sin perjudicar nuestro anonimato.

Solo decirte que has conseguido una brillante historia, alejándote de las dulzonas y fantasiosas historias que se cuentan en este tipo de novelas.

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Me alegro de que hayas contado mi capítulo tal y como ocurrió, y que me dejó con mal sabor de boca al ver que desaparecías de mi vida sin haberte “catado”.

Siempre tuyo.

Aries

 

 

¿Como se fraguó la idea de «sexoenlared.com»?

La editora de Jennifer Turnner, escritora de éxito de novela romántica, le pidió que debía escribir una historia romántica-erótica, pero huyendo de los «príncipes azules» que tan de moda se habían puesto en este género durante los últimos años.

Jennifer, mujer de 26 años (enclaustrada en su casa de Aranjuez siempre delante del ordenador escribiendo sus novelas), que jamás había mantenido relaciones sexuales, se devanó la cabeza pensando la manera de conseguir la difícil tarea encomendada. Tras leer libros antiguos sobre sexualidad, creyó que la mejor manera de narrar una historia actual, era la de saber lo que el hombre del año 2014 buscaba, necesitaba o hacía.11024796_10203952417357876_909963406131867151_n

Para ello, no vio otro camino que meterse en las páginas de contactos sexuales. Se puso el disfraz de «amante-virtual», abrió varios perfiles falsos, y buscó a los que podían ser sus protagonistas.

 

 

Ardua labor la suya, pues por esas páginas llegó a encontrar «de todo». Pero ella buscaba a hombres muy concretos: educados, inteligentes, que supieran meterse en el juego que ella les proponía, mantener una serie de intercambios de mensajes en los que se imaginaran como podría ser esa cita que le pedían, a fin de irse conociendo mejor: su personalidad, sus gustos y, principalmente, la creatividad que le ponían a la hora de crear una historia imaginada, aunque la finalidad era siempre la misma: llegar a mantener una cita real y sexual.     1503361_10203431695180147_669000158502894640_n

La dificultad más grande fue ponerse ella a su altura, a fin de seguir manteniendo esos correos de ida y vuelta. Pero armándose de valor, llegó a conseguir su propósito, manteniendo una sexual correspondencia con cada uno de ellos, hombres que no entendían como una mujer de su talento literario, educación, simpatía y, sin dudar que le acompañaba un físico parejo a lo que sus escritos demostraban, se metiera en estas webs buscando un escarceo sexual.

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Ella era la que se guardaba un AS en la manga, manejando los tiempos, y una vez conseguida su finalidad, cortaba de un plumazo sus mensajes, dando por terminada la fogosa relación virtual que habían mantenido, al considerar que ya no le daba más juego el amante de turno.

La experiencia de escribir esta novela, le costó a la autora ponerse en muchas ocasiones en la piel de Jennifer Turnner, sintiendo que estaba manejando a esos hombres que le estaban proporcionando la historia que buscaba, llegando a sentirse muy mal. Pero lo que le ayudaba a reparar el «mal» ocasionado, era pensar que para construir una historia debes investigar a través de los canales adecuados, y en este caso, no había alternativa alguna. images-51

Afortunadamente, aunque ella consideró que cuando saliera la novela al mercado, la tacharían de todo, menos de bonita, ha recibido varios mensaje de esos «anónimos protagonistas» felicitándola por la idea que tuvo, y no haber dado dato alguno que pudiera identificarles, al estar casados en una gran mayoría. Alguno se sintió defraudado porque, habiendo hecho el esfuerzo de complacerla en su petición de narrar la conquista a través de emails, ya veía conseguido ese encuentro. Y otros sospecharon de que esa historia cibernética no iba a llegar a ningún sitio, viendo como, tras tantos mensajes intercambiados, ya no tenía razón de ser retrasar más la cita prometida.

Para mi, su autora, ha sido una gran experiencia, al ser la primera vez que introduzco en mis novelas a personas reales
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Lectores de mis obras: de 2 en 2.

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Me regalaron sus dos novelas a la vez por mi cumpleaños. Por falta de tiempo, las dejé en la librería. Allí han estado cerca de tres meses.

En agosto he tenido vacaciones y, por fin, tiempo para mi relax. Me llevé sus novelas, junto con otra que también esperaba su turno.

Empecé a leer por la que más me llamó la atención: sexoenlared.com

10854397_10203408573442118_6630841574661296759_oY tengo que confesarle que me impactó su contenido erótico, que jamás había leído en este tipo de novelas. Y, además de parecerme un gran trabajo de investigación, debo confesarle que tiene una gran imaginación, que sabe trasladar muy bien la autora, usted, a la escritora, protagonista de esta novela.

Me encanta leer, y acostmbro a meterme en las historias que leo, por le que le aseguro que me metí en su piel muchas veces. Por ello, debo felicitarla por su audacia y capacidad de seducción a los hombres que encontró en la red buscando un encuentro sexual. Estoy convencida que habrán alucinado cuando hayan comprobado que, la posible cita que les ofrecía, nunca se llevó a cabo.  images-1760

 

 

 

 

images-1280Nada más terminarla, no dudé en continuar con la de Los atardeceres de Julia, y ahí ya me desarmó. No solo es una bella historia de amor, repartida entre el descubrimiento de la pasión y la crueldad del destino.

Creo que jamás había sufrido tanto leyendo algo tan hermoso.

Muchas gracias por haber compartido parte de mis vacaciones conmigo.

Un cordial saludo.

Victoria Cuenca Martín.

 

 

Crítica sobre LOS ATARDECERES DE JULIA

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Querida amiga Celia.

Me siento un tanto fuera de juego al ver los comentarios que te envían dos féminas después de haber leído tu maravillosa novela «LOS ATARDECERES CON JULIA», y no haberlo hecho yo todavía.

Novela que he tenido la suerte de haber leído. Y digo suerte, porque son muy pocas las veces que, al ponerte a leer un libro no puedes dejar de hacerlo por una razón lógica cien por cien, que es (como dicen esas chicas), que te engancha desde el primer instante, y como además tocas unos temas realmente veraces, e incluso atrevídos, con una convicción y sabiduria tanto social, emotiva y sexual, que te pone en tensión, te hace incluso suplicar que no termine la historia, se te hace corta y necesitas más.

GRACIAS CELIA. VOY A POR TU PRÓXIMA HISTORIA: sexoenlared.com

Guillermo Guasp

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Protagonista anónimo de «sexoenlared.com» envía mensaje «filosófico»a la autora

 

Recuerdo perfectamente a este «amante-virtual» que se quedó en un simple intercambio de mensajes sin llegar más allá por los motivos que, los que hayan leído esta novela comprenderán.

No pudo llegar a ser uno de los protagonistas principales, pero me gustó su forma de escribir y analizar la vida.

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Me dice así:

«La primera frase (como el primer Verbo) es importante; el último hálito es importante: aquello que transcurre entre medio es lo vital. Aunque no me recuerdes -esa minucia importa incluso menos-, el caso es que ayer recibí un texto comercial, como destinatario de una lista de distribución masiva, automatizada, más que resultado de una voluntariedad personal.

Con frecuencia, la curiosidad puede con los bigotes de los gatos y con los de otros roedores de libros de mayor tamaño. Así que, por continuar con el cuento, »ni corto ni perezoso» estuve curioseando a través de varios enlaces, catando párrafos y ojeando algunas imágenes de toda índole. Sin haber leído el libro -tiempo al tiempo- resulta de cajón, pues, que no pueda (ni deba) opinar sobre el mismo con conocimiento de causa. Sin duda, salta a la vista que el lanzamiento está muy conseguido, un e-marketing de altos vuelos, y un tema que atrae y que está de moda a partes iguales.

Sin embargo, intuyo que hubo -que ¿sigue habiendo…? tal vez- algo que te cohibió en su momento, o hablando de prendas afines, que llegó a encorsetarte: llámalo entorno familiar, autocensura, o discrepancias con el/la editor/a. Quizá mi intuición cibernética ande muy desacertada, con lo cual gran parte del motivo de este email pierda todo interés. Retrocediendo mentalmente unos meses atrás, ahora comprendo ciertos comportamientos o reacciones que explican la breve pero peculiar correspondencia entre ambos, (Sra. Prieto). Si supieras cuánto molesta a mi faceta Yin este tipo de formulismos de género tonto, más propios del mundo germánico-anglosajón que del nuestro, borraría apellidos impropios, y apelaría a las estatuas de Neruda aún no borradas por la desmemoria. Por cierto, sobra decir que acostumbro a ser persona de fiar, discreta y empática.

En fin, como la simpatía, la fotogenia y las despedidas no son mi fuerte, me comeré solito con patatas, una posible propuesta que cruzó fugaz por mis devastados campos neuronales, sin amapolas ni destellos de sol veraniegos. Me vuelvo hacia la linde del bosque, justo detrás del ‘viejo olmo’… Quién sabe si ante tanto zángano e-pistolar e invasor, la hormiga o la abeja reina hará o no aparición.com

Un saludo y muchos éxitos con los amantes fabulados vs. fabulosos de la red.  /  gonzalo

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“COMO VIVIR CON UN REPORTERO Y NO MORIR EN EL INTENTO”

(Entrevista de Celia Velasco-Saorí para la revista ENKI)

Cuando me dicen que tengo que hacer una entrevista a un “todo terreno” en periodismo como es Pedro Prieto, quien lleva 35 años recorriendo el mundo de punta a punta persiguiendo la noticia, que no sabe lo que es un día de fiesta, que no recuerda que el día tiene solo veinticuatro horas, que jamás ha pedido una baja por enfermedad y que, además, es mi marido…, es ponerme en una difícil situación.

Gran parte de su trabajo ha quedado reflejado en el libro que acaba de publicar “…y que me quiten lo bailao. (Un reportero en el mundo)”, en cuya presentación estuvo arropado por más de 500 personas que colapsaron uno de los salones del Hotel Valparaíso de Palma de Mallorca.       10956632_10206260682138627_2641449076673776684_n

Y es que son muchas las personas en la isla que le están agradecidos, y así se lo demostraron acudiendo a la presentación de sus memorias porque, Pedro Prieto, además de buscar continuamente la noticia, siempre ha estado al lado de los más débiles, poniendo voz a los sin voz y ayudando a unos y otros a través de sus publicaciones en el diario Última Hora.

En Periodismo lo ha hecho prácticamente todo, desde perseguir a los famosos por toda la isla en su época de paparazzi, a viajar a cualquier parte del mundo para cubrir la noticia, ya fuera de un terremoto, un tsunami, o cualquier otra catástrofe  que pudieran estar implicados mallorquines. O entrevistar a presidentes de estado, o a presos políticos, o simplemente presos, o encarcelados en el corredor de la muerte. A veces ha tenido que viajar de forma inesperada, como cuando viajó a Australia para escribir la crónica de la final del OPEN de Australia entre Carlos Moyá y Sampras, donde permaneció menos de 24 horas. Aunque generalmente sus viajes han sido más largos en cuanto su duración, como el que hizo a La Antártida, o el largo recorrido en el Transiberiano, la lista de estos sería interminable. Ha viajado más de doce veces a México, y de ellas, tres en un mes. Ha recorrido gran parte del mundo con su compañero Joan Torres buscando las ciudades llamadas Palma. Ha llegado a Hiroshima (Japón) cuando se cumplió el sesenta aniversario de su destrucción por la bomba atómica. Viajó a la ex Yugoslavia en cuatro ocasiones durante la Guerra de los Balcanes, ha estado dos veces en Jerusalén buscando y entrevistando a “xuetas” mallorquines convertidos al judaísmo. Al Líbano dos veces. A Kosovo tres. A Kabul (Afganistán) siguiendo a los soldados mallorquines destacados en esos países en misión humanitaria. Fue a Ciudad Juárez para hacer un reportaje sobre el Feminicidio (matar a las mujeres por el hecho de ser mujeres). Se desplazó hasta La Higuera (Bolivia) para saber cómo fue el último día del Ché Guevara, visitó a  misioneros mallorquines en Burundi, Ruanda, Tanzania, Paraguay y Perú. Estuvo con los descendientes de mallorquines en Argentina cuando lo del “corralito”…

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La familia: Hijos y nietos.  (Foto: Juan A. Montañez)

Ambos salíamos de otro matrimonio cuando nos conocimos, él aportaba dos niños gemelos de cuatro años y yo una niña de dos, iniciando una difícil relación de personas separadas en una época que eso parecía “un pecado”. Él, maestro de profesión, y yo azafata de vuelo retirada. Pero el paso que acabábamos de dar bien merecía tirar hacia delante con lo que fuera. Pedro entró a formar parte de la plantilla del diario en el que estaba colaborando, Ultima Hora, mientras que yo me adentraba en un mundo que desconocía, pero apasionante: la radio y el reporterismo de calle. Y en él me metí sin pensarlo, siguiendo los pasos del que se convirtió en mi maestro durante doce años.

Pronto comprendí que la vida de la persona con la que compartía mi vida era un tanto especial. Continuos viajes a cualquier parte del mundo, lo que se traducía en muchas horas de soledad y en muchas noches de incertidumbre, pues no era posible conectarme con él por estar en lugares donde no era fácil la comunicación telefónica. Tampoco disfrutábamos de los almuerzos de los domingos con nuestros respectivos hijos, porque él no tenía libre los fines de semana, ni los días de Navidad, ni de Reyes, ni de Semana Santa… Y los veranos en los que la isla se llenaba de famosos, salía de casa muy temprano y llegaba demasiado tarde. Por todo ello,  hay que ser de una pasta especial para saber llevar este tipo de vida.

Años después decidimos casarnos y tuvimos un hijo. Ya éramos familia numerosa. Y como los cuatro hermanos se llevaban bien, formábamos una piña cuando podíamos reunirnos todos un día a la semana.

Han sido varias las veces que nos hemos cambiado de casa y, casualmente, cuando esto se producía, Pedro estaba en uno de sus viajes. Ahora, desde la distancia, al recordándolo sonrío, pero he soltado alguna lágrima de impotencia cuando me veía con los dos niños pequeños, rodeada de muebles y cajas por deshacer, y ellos pidiéndome que les preparara la comida cuando no sabía dónde podía encontrar una sartén.

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Pedro y Celia (Foto: Juan A. Montañez)

Sé que no es fácil convivir con una persona que no tiene horarios, que se entrega en cuerpo y alma a su profesión; una persona que, noche y día, el teléfono es su compañero inseparable, que siempre tiene la maleta junto a él para emprender un nuevo viaje. Pero eso, tal vez, es lo que nos hace estar más unidos. Yo entiendo su profesión y he aprendido a convivir con ella. No hemos podido llevar una vida tradicional con los hijos que, por su lado, también han comprendido por qué su padre no estaba con ellos como los de la mayoría de sus amigos.

Quizás, por esta razón, nuestra convivencia ha sido más rica que la de otros matrimonios. Sin duda, las ausencias han hecho que tengamos muchas más cosas que compartir cuando estamos juntos. Y como respetamos nuestras respectivas profesiones, y nos apoyamos en las decisiones a tomar, no existen las discusiones típicas de las parejas que están juntas durante muchas horas del día.

Conozco de primera mano como han sido todos sus viajes, las penurias que ha pasado. Y solo el entusiasmo que siempre ha puesto para exprimir hasta el último de los detalles del reportaje que tenía que cubrir, ha hecho que jamás tirara la toalla.

Por otra parte, Pedro es persona optimista donde las haya. Por ello, siempre ha llegado hasta donde se ha propuesto, y eso que no habla inglés, algo imprescindible para un  trotamundos, sin embargo – y no sé cómo- él ha conseguido arreglárselas. Tampoco le he visto nunca cansado, pero sí muy pendiente de echar una mano a quien lo ha necesitado. Jamás ha perdido la fe, sabiendo subir a la cima y bajar a los infiernos con la misma ilusión.

En mi nueva etapa de escritora, muchas veces me ha dicho que debía escribir un libro que se titulase: “Cómo vivir con un periodista y no morir en el intento”. Pero es que yo también he disfrutado de sus triunfos, de sus batallas ganadas, de la ilusión de verle feliz con sus metas alcanzadas.

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Celia Velasco-Saorí

Escritora

 

Otro «anónimo co-autor» de sexoenlared.com escribe a la autora.

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Hace unos meses que leí tu novela.

No me atrevía a ponerme en contacto contigo al conocer quién eras a través de tu biografía, porque me consideraba un gilopollas que había caído en «tu tela de araña».

¡Buen título!

Intuí algo cuando la ví la novela en las estanterías del Corte Inglés, y la compré.

Me cabreaste mucho, tengo que reconocerlo. Pero he ido siguiéndote en tu Blog y, he comprobado finalmente que, como bien dices, un escritor debe buscar sus fuentes para crear una historia.

Y muy bien que la has creado.

Muchos caímos cual parajillos en los encantos de esa mujer misteriosa, comprobado que a todos nos tenías encandilados.images-9

Si mal no recuerdas, llegó un momento en el que te dije que no entendía tu actitud, que ya nos conocíamos lo suficientemente bien, a través de los muchos mensajes que intercambiamos, como para que me concedieras esa esperada cita. Y llegué a pensar, y así te lo dije, que podías ser un hombre al que te gustara recibir mensajes de otros hombres que te pusieran cachondo; o que eras una escritora de novela erótica sin inspiración…

Ahora, visto desde la distancia, se me pasó el cabreo. Por ello, debo reconocer tu profesionalidad al no despejar característica de ninguno de «tus elegidos», y tratar de un modo correcto una historia tan excitante para cualquiera.

Fue bonito mientras duró, como suele decirse.

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¿Quién es Celia Velasco-Saorí?

PORTADA

“Sé fiel contigo mismo. Disfruta de lo que haces y sé sincero con los demás.»

(Publicado en 13 julio, 2015 por Juan antonio Montañez en El baúl de Juan Normal)

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Celia Velasco nació en Madrid, pero llegó a Mallorca cuando cumplió 18 años, y es en esta isla donde inició y desarrolló su trayectoria profesional. Desde azafata de vuelo en la mayor época de esplendor de la aviación, a redactora de prensa y locutora, acabando en el mundo de la Comunicación como empresaria, donde abarcó todas sus facetas: publicista, editora de libros propios e institucionales, organizadora de eventos, jefa de gabinete de prensa para importantes empresas de distintos sectores, y un largo etc., lo cual la convierte en una comunicadora por excelencia.

Debido a una serie de experiencias personales y profesionales que la sumergieron en una profunda crisis existencial, se vio en la necesidad de buscar salida a un proceso depresivo, llevándola a refugiarse en un mundo que siempre la había apasionado: escribir historias.

Esta decisión cambió su vida radicalmente. Su intención era conseguir que esta terapia le sirviera para ocupar largas horas en las que no tenía nada mejor que hacer. Pero sus obras cayeron en manos de gente cualificada literariamente, quienes le aconsejaron publicar su primera novela.

Y así, en poco más de dos años ha sacado a la luz dos de ellas, teniendo otras tres esperando su turno. No tiene prisa en publicar, pues su perfeccionismo la obliga a leer, releer y modificar sus escritos numerosas veces.

De su primera obra, “Los atardeceres de Julia”, se está haciendo la adaptación para guión cinematográfico, con banda sonora compuesta por el maestro Biel Durán.

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-Celia, en tu último trabajo publicado “sexoenlared.com”, afrontas el tema que da nombre a la novela, apoyándote abiertamente en las experiencias de personas que, sin saberlo, se han convertido en “coautores” del libro.

-Esta novela ha sido la que más trabajo me ha costado escribir. Principalmente por la temática que quería desarrollar: cambiar la imagen del “príncipe azul” de la novela romántica-erótica que tan de actualidad está en los últimos años, por la del hombre real, el que busca una cita esporádica con una mujer.

-Y cómo conseguiste comunicarte con esos hombres?

– No encontré otra manera mas fácil que entrar en la Red, en las páginas de contactos de sexo. Abrí varios perfiles, me puse el “disfraz de amante virtual”, y fui captando a los que serían mis protagonistas. Huelga decir que buscaba una clase de hombre muy especial: culto, educado, ocurrente, que supiera redactar y, principalmente, que tuviera mucha imaginación, ya que para llegar a esa cita que deseaban, primero les pedía que mantuviésemos un intercambio de mensajes a través de los cuales nos iríamos conociendo, a la vez que debíamos crear entre ambos una historia romántica, sensual, sexual, con ciertas gotas de erotismo, en la que contaran como se imaginaban ese primer encuentro.

-¿Qué curiosidades nos puedes comentar derivadas del formato atípico de “sexoenlared.com”? Por los cientos de contactos virtuales que mantuviste para escribir esta novela, suponemos que has adquirido unos valiosos conocimientos sobre relaciones humanas.

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-Humanas y sexuales. Y, principalmente, he comprobado como una mujer puede manejar a un hombre… si sabe hacerlo. En este caso, ellos hacían todo cuanto yo les pedía a fin de conseguir su propósito: una cita. Pero yo era la que tenía el AS en la manga. Y todo finalizaba cuando había conseguido mi objetivo: sus narraciones.

-¿Fue sencillo encontrar los personajes que necesitabas?

-A decir verdad, conseguir esos perfiles que buscaba fue un trabajo arduo, por lo que varios cientos de ellos terminaron en la papelera.

-¿Cómo calificarías esa experiencia? ¿Cómo te ha afectado a nivel personal esta información recibida?

-La calificaría como una experiencia singular. Mantener relaciones virtuales con hombres anónimos, hacía que a veces me sonrojara, pese a no verles la cara. Y gracias a poder mantener mi anonimato tras la pantalla del ordenador, pude ponerme a su altura y contestar con coherencia a sus mensajes, expresándome con una fluidez que jamás pude imaginar.

-¿Cómo definirías a los hombres con los que has contactado?

-Debo reconocer que llegué a coger cierto afecto a alguno de ellos, cuando comprobé cómo se metían el papel que les solicitaba, sorprendidos por haber encontrado en la Red a una mujer de unas características tan poco frecuentes en una página de contactos.

-¿Sabías cómo debía terminar esta novela?

-Podía haber hecho una trilogía, algo que tan de moda está en este tipo de novelas, pero creí que la finalidad que deseaba darle a esta historia ya estaba más que alcanzada.

-¿Qué sentiste al poner fin?

-Al terminar la novela me sentí vacía. Me daba la sensación de haberme aprovechado de la confianza de todos ellos. Pero también es cierto que hay que buscar las fuentes que se precisan para conseguir la información que necesitas para construir una historia. Y, aunque he tratado todos los mensajes que nos intercambiamos con absoluto respeto, sin cambiar prácticamente nada de lo que me han escrito, no he dado dato alguno que pueda identificarlos. Solo ellos y yo sabemos quienes somos.

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-Por qué eliges una mujer madura para que sea la protagonista de tu primera novela “Los atardeceres de Julia”.

-No la elegí, surgió así. Julia es una mujer de cincuenta años, de clase social acomodada, que empieza a plantearse lo sola que se encuentra cuando sus hijos se casan y abandonan la casa familiar. Su marido, siempre de viaje por motivos de trabajo, hace que empiece a pensar en ella misma, descubriendo que su vida está vacía, y que nunca se ha sentido viva como mujer, momento en el que su cuerpo experimenta sensaciones jamás sentidas.

¿Crees que Julia podría ser el icono de otras muchas mujeres en la misma situación?

-Te asombraría saber cuántas mujeres han contactado conmigo para contarme sus experiencias más intimas con sus maridos o parejas una vez que han leído la novela, en la que se han visto reflejadas con Julia Maldonado. Cosas que, quizás, nunca se hubieran atrevido a confesar, ni siquiera a una íntima amiga. Y, sin embargo, a mí, que no me conocían personalmente, me confesaron su secreto. Incluso, a veces, me hicieron preguntas, convencidas de que yo pudiera darles la respuesta adecuada. Me ha resultado gratificante comprobar cómo ha calado esta historia en las mujeres. Creo que, aunque es una novela totalmente imaginada, pueden verse en ella reflejados miles de casos.

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-En “Los atardeceres de Julia” se interpreta parte de la idiosincrasia mallorquina, bien descrita y ubicada en paisajes de la isla. Me llamó mucho la atención cuando relatas de manera tan certera el origen del boom turístico en Mallorca, y por qué la mujer mallorquina adquirió tanta trascendencia en este proceso. ¿Podrías comentarlo para nuestros lectores?

-Bueno, esa época no la viví, pero en ocasiones he oído comentar como se inició el boom turístico en las Islas Baleares, por lo que me pareció que podía ser interesante contarlo. Para ello tuve que llevar a cabo una amplia investigación. El escritor debe informarse sobre todos los datos que quiere reflejar en la historia que cuenta. Pensé que el lugar en el que vivo era el ideal para iniciar esta novela. Y aunque me centro principalmente en la idiosincrasia de la gente de la isla, y describo algunos de los preciosos rincones que hay en ella, también aparecen otros lugares, como la Sierra de Madrid, Navacerrada, y la preciosa ciudad de Santander.

 

-De todos es conocida la interacción entre tu marido, Pedro Prieto, y tú. Sabemos que él influyó de manera determinante en tu decisión de ponerte a escribir. Aunque él es periodista, no captamos similitudes entre vuestra manera de relatar. ¿Es difícil no contaminarse, en el estilo, en la forma?

-Yo también hice mis pinitos en periodismo durante más de diez años. Mi marido fue mi maestro. Empecé cubriendo las típicas ruedas de prensa, pasé por distintas secciones del periódico, hasta hacer de paparazzi persiguiendo a los famosos. Él ha recorrido más de medio mundo buscando la noticia, a ser posible que protagonizara algún mallorquín, ya fuera en guerras, tsunamis, terremotos, así como en otros escenarios, por lo que hay que ser de una pasta muy especial para hacer las cosas que él ha llegado a hacer. Por otra parte, escribir para un periódico es muy distinto a contar una historia en un libro. En una novela puedes expresarte con todos los caracteres que te de la gana, no hay límites, puedes adornar lugares, situaciones, personajes… Pero no así en periodismo.

El protagonista principal de una novela es producto de  la imaginación que el escritor le pone a la historia que desarrolla. Sin embargo, en periodismo, tienes que amoldarte a redactar una noticia en el especio que te dan.

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-El compositor Biel Durán está ultimando los detalles de la banda sonora sobre “Los atardeceres de Julia”. ¿Qué sentiste al escucharla?

-Una emoción difícil de expresar. Biel Durán es un gran compositor. Con un piano puede tocar lo que quiera, desde una bella sinfonía, hasta jazz, country…etc. Es un maestro, en pocas palabras. Y cuando me dijo que había compuesto la banda sonora para mi novela, sin haberme dicho nada hasta no haberla concluido, sentí como un subidón de adrenalina, pues, a la vez, Javier Gutiérrez, guionista y director de cine, ya estaba haciendo el guión de la misma. Cuando la escuché, pude llegar a sentir en cada nota alguna de las secuencias que he contado en la novela. Casi podía ver las imágenes a través de las notas que salían del piano. Creo que si llevamos a cabo la película, será lo mejor que me haya pasado en esta época de mi vida.

-¿Alguna vez pensaste que llegarías a escribir una novela y que se publicaría con una gran crítica por parte del público?

-Jamás. Aunque siempre me ha gustado escribir. Pero a veces pienso en unas palabras que me dijo mi profesor de literatura, el ilustre escritor y poeta Gerardo Diego: “Usted tiene que ser escritora”. Ni en sueños llegué a pensar que un día me dedicaría a ello.

-Antes de meterte de lleno en el mundo de la comunicación fuiste azafata de vuelo, lo que te permitió conocer muy diferentes culturas y lugares. ¿Qué te atrajo de Mallorca? Y, como escritora, ¿qué ventajas e inconvenientes tiene vivir en una isla?

-Nací en Madrid, viví más de dos años en Londres, dos grandes ciudades, por lo que cuando me destinaron a una isla tan preciosa como Mallorca, me pareció entrar en el paraíso. Viajé por medio mundo siendo azafata, pero regresar a la isla era para mi como el descanso del guerrero. Como escritora, edito, presento y promociono mis propias novelas, por lo que no veo más que ventajas vivir en un lugar pequeño, cómodo, lejos del mundanal ruido de una gran ciudad… Aunque no dudo que quizás se me podrían abrir más puertas si viviera en Madrid, donde tendría mayores contactos. Pero no cambio la tranquilidad de esta isla por nada del mundo.

-Leyendo tus novelas apreciamos diferentes y variados matices que forman parte de la naturaleza del ser humano: el sexo, a veces muy explicito, la decepción, la esperanza, etc., pero siempre observamos una sensibilidad, un evidente respeto hacia toda persona y  circunstancia. ¿De qué manera influye tu bagaje en la vida para desarrollar ese punto de vista?

-Creo que el bagaje de mi vida, en el que he desempeñado trabajos muy diversos, puede influir algo en la manera de expresarme, pero, desde mi punto de vista, lo más significativo en un escritor está en su  sensibilidad y en su imaginación.  Y esto es lo que capta el lector.

-¿Cómo crees que será la evolución natural en este mundo cambiante, donde las relaciones clásicas dejan paso a ritmo vertiginoso a nuevas maneras de comunicarse e interactuar?

-Cada vez las nuevas tecnologías van dejando atrás muchos elementos que hasta ahora eran necesarios para comunicarnos. Creo que es una lástima que incluso nos olvidemos del timbre de voz de un amigo, porque la posibilidad de enviar un WhatsApp, que recibe en una fracción de segundo, evita que levantemos el teléfono para hablar. Aunque hay que reconocer que internet, y toda la  tecnología puesta a nuestro alcance, nos ha facilitado mucho la vida a la hora de buscar información, que se actualiza al momento. El progreso es bueno si se sabe utilizar en su justa medida.

-En tu familia hay varios miembros muy creativos, como se entiende normalmente el termino, ¿la creatividad que te rodea cotidianamente facilita la llegada de las “Musas”?

-El primer creativo de la familia fue mi marido, haciendo un periodismo muy distinto respecto al que venía haciéndose. Más tarde, mi hijo, Carlos, nos sorprendió a todos con el dibujo, e inmediatamente después con la pintura, alcanzando grandes éxitos no sin grandes esfuerzos. Y la última en meterme en este mundillo de la creatividad, en este caso la literaria, fui yo. Las musas en el caso del periodismo, no existen. Lo que existe es la noticia. Y en el caso de un pintor o escritor, las musas tienen mucho que ver. Hay días que te sale todo sin darte apenas cuenta, y otros que te estancas y decides centrarte en otra cosa hasta que esas musas o ideas vuelvan a visitarte. Pero ya sabes aquello que dice: “Cuando lleguen las musas, que te pillen trabajando.”

¿Cuál es tu opinión sobre la fama? Cómo observas este asunto, desde tu posición privilegiada, sobre todo porque por tu actividad profesional has estado rodeada de multitud de personajes públicos, políticos, artistas, etc.

-La fama es efímera. Hoy puedes estar arriba, y dos días después nadie se acuerda de ti. Lo más sensato es tener siempre los pies en el suelo y estar satisfecho con lo que haces.

-Al parecer la escritura ha sido una especie de terapia eficaz para ti, ¿por qué la recomendarías?

-Para mí ha sido una gran terapia. Ahora no puedo pasar un día sin sentarme frente al ordenador. Pero para escribir tienes que tener algo que contar. Por ello, considero que hay muchas otras actividades que pueden llenarte en un momento de flaqueza, como es la música, la pintura, la escultura, el cine, el teatro…

-Es un tema muy amplio pero me gustaría que nos dieras unas pinceladas de tu filosofía personal.

-Algo tan simple como “vive y deja vivir”. Sé fiel contigo mismo. Disfruta de la que haces, y sé sincero con los demás.

-Y por ultimo, Celia, ¿qué novela quisieras escribir, que tema te llama la atención y te gustaría desarrollar?

-Nunca sé lo que voy a escribir. No me planteo una temática concreta. Nunca he creado un boceto previo. Me siento frente al ordenador y surge una historia. Son mis personajes los que me ayudan a ir desarrollándola. Dejo que la mente fluya por si sola. Con la única novela que sabía lo que quería escribir fue con “sexoenlared.com”. Estaba un poco harta de tanto “príncipe azul” en novelas románticas con toques de erotismo, fantasías muy lejanas a la realidad, por lo que me propuse dar al lector algo tan real como la vida misma.

Durante las horas que he compartido con Celia Velasco he podido descubrir la cercanía y carisma de la escritora, y el tiempo ha volado. Dando por concluida la entrevista me despido de ella en su despacho.

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La compañía de Lucas, su fiel mascota, que ha podido compartir muchos momentos del proceso creativo de la autora, y que al mismo tiempo ha sido testigo de muchos de los instantes de inspiración y trabajo que supone el hecho de escribir intentando llegar a un público, que en el caso de Celia, es fiel a su sinceridad, a su cercana y efectiva manera de relatar.

Mas información sobre Celia Velasco en: https://celiavelascosaori.com/

 

Los anónimos protagonistas de «sexoenlared.com» se animan a ponerse en contacto con la autora

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Siempre me pareció un sueño. No podía creer haber encontrado en una página de citas en le red a una mujer de tus características. Y pensar en el juego que me proponías para finalmente conocernos, me causó un morbo increíble.

¡Demasiado bonito para ser real!   images-21

Desapareciste de mi vida (virtual) del mismo modo que apareciste.

Te maldije cuando sin saber el motivo dejaste de contestar mis emails. Luego, pensé que quizás no era lo que una mujer de tu clase buscaba y, pese a mirar cada día esperanzado mi correo, sabía que no volvería a saber más de ti.

Fue un amigo quien me hablo de una novela. Tu novela.

El título no me dejó lugar a dudas.

images-51La compré de inmediato. Primero miré tu foto. ¡Wauuuu…! Imposible que una mujer como tú se hubiera fijado en un hombre como yo.

Fui leyéndola a trompicones, saltando de un capítulo a otro. Buscándome… Algo me decía que yo también estaba entre las más de 500 páginas de la novela. El “bobo” que un día creyó que los milagros existían.

Y me encontré.

Sonreí para mí mismo, recordando momentos que no podría explicarte. Esos en los que te hacía mía en la distancia, en la que te entregabas a mí sin tapujos…

Pero dejé de soñar. Y fue entonces cuando decidí leerla con más calma.

Dicen que “mal de muchos consuelo de tontos”

Y entonces vi que eran muchos los que, como yo, también habían soñado con que les concediras esa cita prometida.

Y ahora que te conozco, por tu foto en la biografía de tu novela, por la sensibilidad de la protagonista de esta historia (que estoy seguro se te parece mucho), no puedo dejar de felicitarte por la valor que has tenido en crear esta sugerente y atrevida historia con hombres ávidos de mantener un rato de “placer furtivo”.                           images-19

Prefiero no decirte cual de tus signos del zodiaco soy. Te reirás, pero me da cierto pudor confesarlo.

Quiero que sepas que también he leído tu primera novela, la de Julia, asegurándome con ella que eres una mujer llena de sensibilidad, con una imaginación y creatividad desbordante.

Un fuerte abrazo.