Literatura erótica: Las mejores novelas: ESTANDARTE
Selección de literatura erótica. Una lista de erotismo delicatessen.
Qué: Las mejores novelas eróticas. Literatura erótica
Nuestra selección de las mejores novelas eróticas de la historia quiere calentar los ánimos del respetable con una ración de buena literatura pensada para la entrepierna.Ahora que parece que la literatura erótica interesa especialmente, tanto a las grandes editoriales como a los lectores, como prueban fenómenos del tipo Cincuenta sombras de Grey o No te escondo nada, nos parece el momento ideal para recordarestos hitos de la literatura erótica a través de esta selección de novelas eróticas:
Historia de O
Dominique Aury
Cuando el editor francés Jean-Jacques Pauvert publicó, en 1954, Historia de O, su novela erótica estalló como una bomba en el puritano mundo postbélico, causando escándalo y desconcierto. Pero lo que una mujer, Pauline Réage, expresaba de pronto con tan desgarradora y brutal belleza respondía, curiosamente, a lo que millones de lectores, hombres y mujeres, sentían sin osar siquiera formular en forma de deseo. No tardó muchoHistoria de O en convertirse en el libro más traducido y leído en el mundo desde El Principito de Saint-Exupéry. Historia de Oexpone las “aventuras” de una mujer que trata de conquistar plenamente a su amante entregando su voluntad y fe a un estilo de vida cercano al sadomasoquismo. Su gran pasión por este hombre la lleva a hacer cosas que nunca antes había podido ni siquiera imaginar…
Emmanuelle
Emmanuelle Arsan
Probablemente la fuerza de la película ha eclipsado en parte la genialidad de la novela, pero no podíamos dejar fuera de esta selección de las mejores novelas eróticas de la historiaa Emmamuelle. La ley de Emmanuelle es sencilla: hacer el amor a todas horas, de día o de noche, en cualquier circunstancia, con quien sea, ya sea él o ella, o ellos y ellas, con cualquiera que se lo pida y que a ella le guste. En el marco exótico de una sociedad neocolonial de Bangkok, europea, restringida y refinada, la joven descubrirá las reglas profundas del amor, la gloria del placer sexual gracias al propio cuerpo, e irá al encuentro de una filosofía “natural” y optimista. De la mano de un maestro en las artes amatorias, el italiano Mario, Emmanuelle irá limando sus reticencias para alcanzar al fin un universo de amor total, la “Erosfera” a la que conduce la práctica de una sexualidad profundamente consciente y liberada de todo tabú.
El amante
Marguerite Duras
Hay veces, por suerte, en que la novela eróticasupera su cruz de literatura marginal y llega a las grandes masas. Algo así ocurrió en 1984 con El amante de Marguerite Duras. Cuarenta y un años después de publicar su primera novela, Duras se convirtió de la noche a la mañana en una autora solicitada por todos los públicos, con esta narración autobiográfica en la expone, con la intensidad del deseo, esa historia de amor entre una adolescente de quince años y un rico comerciante chino de veintiséis. Esa jovencita bellísima, pero pobre, que vive en Indochina, no es otra que la propia escritora quien, hoy, recuerda las relaciones apasionadas, de intensos amor y odio, que desgarraron a su familia y, de pronto, grabaron prematuramente en su rostro los implacables surcos de la madurez. Pocas personas -y en particular mujeres- permanecen inmunes a la contagiosa pasión que emana de este libro.
Las edades de Lulú
Almudena Grandes
Almudena Grandes, enfrascada en la actualidad en sus Episodios de una Guerra interminable, se dio a conocer con una novela erótica que escandalizó y entusiasmó en la España de 1989.Las edades de Lulú, que obtuvo el IX Premio La sonrisa vertical (¡cuánto tenemos que agradecerle a esta colección los amantes de laliteratura erótica!), es una larga historia de amor que, como cualquier historia de amor que no se resigna a dejar de serlo, va haciéndose más compleja y envolvente. Lulú, una niña de quince años, sucumbe a la atracción que ejerce sobre ella un joven, amigo de la familia, a quien hasta entonces ella había deseado vagamente. Después de esta primera experiencia, Lulú, niña eterna, alimenta durante años, en solitario, el fantasma de aquel hombre que acaba por aceptar el desafío de prolongar indefinidamente, en su peculiar relación sexual, el juego amoroso de la niñez. Crea para ella un mundo aparte, un universo privado donde el tiempo pierde valor. Pero el sortilegio arriesgado de vivir fuera de la realidad se rompe bruscamente un día, cuando Lulú, ya con treinta años, se precipita, indefensa pero febrilmente, en el infierno de los deseos peligrosos.
Historia del ojo
Georges Bataille
Para muchos, la obra maestra de la literatura erótica. En ella confluyen, por un lado, la mejor prosa en clave surrealista de este gran novelista, ensayista y poeta francés y, por otro, la esencia de su obsesiva preocupación por el sexo, la muerte y la fe -su fe- que configura, en realidad, gran parte de su obra. El surrealista Bataille relaciona, en una trama anecdótica y simple, las imágenes que de un modo inconsciente y automático evocan el ojo, el huevo, el sol, los genitales del toro, con toda su carga de connotaciones atávicas, y nos las “revela” en su contenido erótico más revulsivo. El personaje de la joven Simone, que transgrede en todos sus actos cualquier norma de comportamiento sexual admitido, moral y conscientemente, es la encarnación, por una parte, del Deseo inconsciente y, por otra, del Pecado, de lo Prohibido y por ende del Placer, que a su vez, por ser fruto del mal, no es más que portador del máximo castigo: la muerte. Así pues, el goce en su plenitud sabe siempre a muerte…
El amante de Lady Chatterley
David H. Lawrence
Constance Reid tiene 23 años cuando se casa con Clifford Chatterley, un elegante teniente del ejército británico. Corre el año 1917 y Clifford se va a luchar en el frente de la batalla de Flandes, de donde regresa con una parálisis irreversible. La joven pareja se asienta en una casa situada en las tierras de la familia de él. Lady Chatterley, joven educada fuera de los tabúes y el puritanismo, se verá así abocada a la represión sexual… Hasta que Lady Chatterley decide tomar las riendas de su vida de nuevo y dejar de ser simplemente la compañera y enfermera de Sir Clifford. Abandonándose a sí misma, triste e indiferente, Constance Chatterley se refugia en la pasión erótica que le otorga Parkin, el guardabosques de la zona, que vive aislado tras la separación de su mujer, lo que supondrá el despertar a la sensualidad para ella, y la vuelta a la vida y sus placeres para él. Curiosamente, lo que escandalizó a los guardianes de la moral no fueron sólo las minuciosasdescripciones eróticas, sino sobre todo la transgresión de los tabúes sociales. Lo peor no era que Lady Chatterley le fuera infiel a su marido entre los matorrales, sino que el objeto de sus pulsiones sexuales fuera un obrero de su finca.
Chaperos
Dennis Cooper
Aunque sea borrosa la frontera que separa elerotismo y la pornografía en la obra de Dennis Cooper, la gran mayoría (si no todas) de sus novelas poseen una fuerza erótica que las hace merecedoras de aparecer en esta selección de novela erótica (ya la incorporamos también a nuestra selección de literatura gay), aunque su género más exacto sería algo así como «el lirismo nihilista». Es el caso de Chaperos, en la que Cooper utiliza tanto las páginas de una web en la que los clientes de escorts gays informan sobre la calidad de los servicios que han contratado, como del intercambio de mensajes, emails y conversaciones entre decenas de narradores poco fiables. El encuentro entre un joven chapero y un cliente satisfecho da lugar a una metaficción donde se alían la pornografía, las mentiras, las medias verdades, y la mitomanía.
Justine o Los infortunios de la virtud
Marqués de Sade
Así describió el propio Marqués de Sade a su mujer el argumento de Justine: (El objetivo de esta novela es el de) presentar por todas partes al Vicio triunfante y a la Virtud como víctima de sus sacrificios ; a una desgraciada vagando de desventura en desventura cual juguete en manos de la maldad, entregada a todos los desenfrenos, al albur de los gustos más bárbaros y más monstruosos, aturdida por los sofismas más atrevidos y más perversos, presa de las seducciones más hábiles, de las sumisiones más irresistibles ; (…) atreverse en resumen a las descripciones más osadas, a las situaciones más extraordinarias, a los pensamientos más espantosos, (…) con el único fin de obtener de todo ello una de las más sublimes lecciones de moral que el hombre haya recibido jamás : era, habrá de convenir, alcanzar el objetivo por un camino hasta ahora jamás hollado por él.
Como en la mayoría de las obras de Sade, pueden observarse dos niveles de contenido: por un lado, una serie de escenas de violencia sexual; por otro, los sofismas de aquellos personajes que protagonizan esta violencia, justificándola. Una mayoría de aquellos que han analizado la obra de Sade han querido ver en las argumentaciones de estos personajes el pensamiento del propio Sade, un sistema filosófico y político basado en el materialismo ateo de la Ilustración francesa, opuesto a las ideas de Jean-Jacques Rousseau sobre la bondad innata del ser humano.
Trópico de Cáncer
Henry Miller
Publicado por primera vez en París en 1934, debido a la censura no vio la luz en Estados Unidos hasta 1961, después de más de sesenta juicios. Considerada por la parte de la crítica como la mejor de sus obras, en su primera novela se sitúa Miller en la estela de Walt Whitman y Thoreau para crea un monólogo en el que el autor hace un inolvidable repaso de sus estancia en París en los primeros años de la década de 1930, centrada tanto en sus experiencias sexuales como en sus juicios sobre el comportamiento humano. Saludada en su momento como una atrocidad moral por los sectores conservadores -y como una obra maestra por escritores tan distintos como T.S. Eliot, Goerge Orwell o Lawrence Durrell-, en la actualidad es considerada una de las novelas más rupturistas, influyentes y perfectas de la literatura en lengua inglesa.