Mi querida Celia Velasco,
Por fin estamos disfrutando Toni y yo, de unos merecidos días de descanso en nuestro velerito «Torbellino», fondeados en una cala maravillosa, Son Verí, en el término municipal de Lluchmayor, haciendo lo que más nos gusta, navegar y leer…
» El laberinto de los espíritus» de Carlos Ruiz Zafón, ha sido la elección de Toni. Ahí está, en el camarote, absorbiendo cada una de sus páginas.
» Los atardeceres de Julia » ha sido mi elección.
Estaba ansiosa por leerte, Celia, desde que me dedicaste con tanto cariño tus obras.
Esperaban ser leídas, desde entonces, en la estantería de «Torbellino», sabiendo que el momento elegido para disfrutarlas, sería un momento de belleza, paz y felicidad.
Acabo de terminarla…
Un suspiro ha salido de mi interior al leer la última palabra «Julia», y tras levantar mi mirada, un escalofrío ha recorrido todo mi cuerpo, al contemplar en ese instante, como el Sol se esconde tras el Puig de Galatzó y sus últimos rayos rielan sobre la bahía de Palma, vistos desde Lluchmayor…
Está atardeciendo…
Es el atardecer de CELIA VELASCO…