Los amantes del vino podemos hacer dos cosas, saborear caldos de grandes marcas o probar y experimentar con vinos de pequeñas Bodegas o de cosechero. La ventaja de los primeros es que jugamos seguro, el arte de los enólogos consiguen que siempre sean constantes en sabor y características olfativas, independientemente de la cosecha. Sin embargo, en los vinos de cosechero o pequeñas bodegas podemos disfrutar de la variedad, matices y sutilezas de las diferentes añadas. Claro está, que uno corre riesgos y no todos los que prueba aportan algo nuevo.
Con la literatura ocurre algo parecido, podemos ir sobre seguro con novelas de reconocidos autores, dirigidos por sus editores. Casi siempre, con un esquema similar. La ventaja de la autoedición es la misma que con los vinos de cosechero, que a veces uno se encuentra con historias que se salen de lo común y que causan el placer de descubrir nuevos matices, aunque su estructura no sea tan perfecta.
LOS ATARDECEDER DE JULIA, es una novela que aporta esa grata diferencia. Si es verdad, que la falta de edición produce a veces una extensión excesiva, en el afán de la autora de introducirnos en el conocimiento del ambiente de la historia, pero por el contrario es fresca y realista, con un lenguaje real, con una trama muy bien argumentada y un fondo que hace reflexionar mucho sobre las relaciones, el amor, el sexo y la existencia misma.
Creo que es una gran novela, con esos matices que hay que saber apreciar en su contexto. Una historia real como la vida misma de una vida familiar monótona y convencional que finalmente revienta. Una historia de amor, romanticismo y sexo que refleja la realidad de la intimidad con un lenguaje claro y realista, que la autora define como «explicito» (nunca confundir con pornográfico), y que no es ni más ni menos que la realidad de la intimidad de una pareja cuando hay amor, ternura, sexo y vida!. Una historia que del amor pasa a la tragedia como, por desgracia, sucede a menudo.
Una novela con la que es fácil identificarse y, a pesar de los pequeños «matices», unas veces sobran y otras añaden un gran valor a la narración. Una novela que engancha capitulo tras capitulo.
Si tuviese que poner un pero, quizás seria el desenlace. He tenido la sensación de que la autora en el afán de un final apoteósico, cae en alguna contradicción con el desarrollo del último personaje masculino. En cualquier caso es una novela que me ha causado la misma sensación que descubrir un buen vino de cosechero. La recomiendo de verdad, a todos aquellos que les guste la novela erótica con una gran historia, cuando el sexo forma parte de la historia con el mismo realismo que tiene en la vida.
Eso si le pediría a la autora, en España tenemos excelentes vinos y cavas. No es necesario recurrir a Gran Perignon para veladas romanticas (una sonrísa).
Felicidades Celia, una gran novela.