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¿Quién es Celia Velasco-Saorí?
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“Sé fiel contigo mismo. Disfruta de lo que haces y sé sincero con los demás.»
(Publicado en 13 julio, 2015 por Juan antonio Montañez en El baúl de Juan Normal)
Celia Velasco nació en Madrid, pero llegó a Mallorca cuando cumplió 18 años, y es en esta isla donde inició y desarrolló su trayectoria profesional. Desde azafata de vuelo en la mayor época de esplendor de la aviación, a redactora de prensa y locutora, acabando en el mundo de la Comunicación como empresaria, donde abarcó todas sus facetas: publicista, editora de libros propios e institucionales, organizadora de eventos, jefa de gabinete de prensa para importantes empresas de distintos sectores, y un largo etc., lo cual la convierte en una comunicadora por excelencia.
Debido a una serie de experiencias personales y profesionales que la sumergieron en una profunda crisis existencial, se vio en la necesidad de buscar salida a un proceso depresivo, llevándola a refugiarse en un mundo que siempre la había apasionado: escribir historias.
Esta decisión cambió su vida radicalmente. Su intención era conseguir que esta terapia le sirviera para ocupar largas horas en las que no tenía nada mejor que hacer. Pero sus obras cayeron en manos de gente cualificada literariamente, quienes le aconsejaron publicar su primera novela.
Y así, en poco más de dos años ha sacado a la luz dos de ellas, teniendo otras tres esperando su turno. No tiene prisa en publicar, pues su perfeccionismo la obliga a leer, releer y modificar sus escritos numerosas veces.
De su primera obra, “Los atardeceres de Julia”, se está haciendo la adaptación para guión cinematográfico, con banda sonora compuesta por el maestro Biel Durán.
-Celia, en tu último trabajo publicado “sexoenlared.com”, afrontas el tema que da nombre a la novela, apoyándote abiertamente en las experiencias de personas que, sin saberlo, se han convertido en “coautores” del libro.
-Esta novela ha sido la que más trabajo me ha costado escribir. Principalmente por la temática que quería desarrollar: cambiar la imagen del “príncipe azul” de la novela romántica-erótica que tan de actualidad está en los últimos años, por la del hombre real, el que busca una cita esporádica con una mujer.
-Y cómo conseguiste comunicarte con esos hombres?
– No encontré otra manera mas fácil que entrar en la Red, en las páginas de contactos de sexo. Abrí varios perfiles, me puse el “disfraz de amante virtual”, y fui captando a los que serían mis protagonistas. Huelga decir que buscaba una clase de hombre muy especial: culto, educado, ocurrente, que supiera redactar y, principalmente, que tuviera mucha imaginación, ya que para llegar a esa cita que deseaban, primero les pedía que mantuviésemos un intercambio de mensajes a través de los cuales nos iríamos conociendo, a la vez que debíamos crear entre ambos una historia romántica, sensual, sexual, con ciertas gotas de erotismo, en la que contaran como se imaginaban ese primer encuentro.
-¿Qué curiosidades nos puedes comentar derivadas del formato atípico de “sexoenlared.com”? Por los cientos de contactos virtuales que mantuviste para escribir esta novela, suponemos que has adquirido unos valiosos conocimientos sobre relaciones humanas.
-Humanas y sexuales. Y, principalmente, he comprobado como una mujer puede manejar a un hombre… si sabe hacerlo. En este caso, ellos hacían todo cuanto yo les pedía a fin de conseguir su propósito: una cita. Pero yo era la que tenía el AS en la manga. Y todo finalizaba cuando había conseguido mi objetivo: sus narraciones.
-¿Fue sencillo encontrar los personajes que necesitabas?
-A decir verdad, conseguir esos perfiles que buscaba fue un trabajo arduo, por lo que varios cientos de ellos terminaron en la papelera.
-¿Cómo calificarías esa experiencia? ¿Cómo te ha afectado a nivel personal esta información recibida?
-La calificaría como una experiencia singular. Mantener relaciones virtuales con hombres anónimos, hacía que a veces me sonrojara, pese a no verles la cara. Y gracias a poder mantener mi anonimato tras la pantalla del ordenador, pude ponerme a su altura y contestar con coherencia a sus mensajes, expresándome con una fluidez que jamás pude imaginar.
-¿Cómo definirías a los hombres con los que has contactado?
-Debo reconocer que llegué a coger cierto afecto a alguno de ellos, cuando comprobé cómo se metían el papel que les solicitaba, sorprendidos por haber encontrado en la Red a una mujer de unas características tan poco frecuentes en una página de contactos.
-¿Sabías cómo debía terminar esta novela?
-Podía haber hecho una trilogía, algo que tan de moda está en este tipo de novelas, pero creí que la finalidad que deseaba darle a esta historia ya estaba más que alcanzada.
-¿Qué sentiste al poner fin?
-Al terminar la novela me sentí vacía. Me daba la sensación de haberme aprovechado de la confianza de todos ellos. Pero también es cierto que hay que buscar las fuentes que se precisan para conseguir la información que necesitas para construir una historia. Y, aunque he tratado todos los mensajes que nos intercambiamos con absoluto respeto, sin cambiar prácticamente nada de lo que me han escrito, no he dado dato alguno que pueda identificarlos. Solo ellos y yo sabemos quienes somos.
-Por qué eliges una mujer madura para que sea la protagonista de tu primera novela “Los atardeceres de Julia”.
-No la elegí, surgió así. Julia es una mujer de cincuenta años, de clase social acomodada, que empieza a plantearse lo sola que se encuentra cuando sus hijos se casan y abandonan la casa familiar. Su marido, siempre de viaje por motivos de trabajo, hace que empiece a pensar en ella misma, descubriendo que su vida está vacía, y que nunca se ha sentido viva como mujer, momento en el que su cuerpo experimenta sensaciones jamás sentidas.
¿Crees que Julia podría ser el icono de otras muchas mujeres en la misma situación?
-Te asombraría saber cuántas mujeres han contactado conmigo para contarme sus experiencias más intimas con sus maridos o parejas una vez que han leído la novela, en la que se han visto reflejadas con Julia Maldonado. Cosas que, quizás, nunca se hubieran atrevido a confesar, ni siquiera a una íntima amiga. Y, sin embargo, a mí, que no me conocían personalmente, me confesaron su secreto. Incluso, a veces, me hicieron preguntas, convencidas de que yo pudiera darles la respuesta adecuada. Me ha resultado gratificante comprobar cómo ha calado esta historia en las mujeres. Creo que, aunque es una novela totalmente imaginada, pueden verse en ella reflejados miles de casos.
-En “Los atardeceres de Julia” se interpreta parte de la idiosincrasia mallorquina, bien descrita y ubicada en paisajes de la isla. Me llamó mucho la atención cuando relatas de manera tan certera el origen del boom turístico en Mallorca, y por qué la mujer mallorquina adquirió tanta trascendencia en este proceso. ¿Podrías comentarlo para nuestros lectores?
-Bueno, esa época no la viví, pero en ocasiones he oído comentar como se inició el boom turístico en las Islas Baleares, por lo que me pareció que podía ser interesante contarlo. Para ello tuve que llevar a cabo una amplia investigación. El escritor debe informarse sobre todos los datos que quiere reflejar en la historia que cuenta. Pensé que el lugar en el que vivo era el ideal para iniciar esta novela. Y aunque me centro principalmente en la idiosincrasia de la gente de la isla, y describo algunos de los preciosos rincones que hay en ella, también aparecen otros lugares, como la Sierra de Madrid, Navacerrada, y la preciosa ciudad de Santander.
-De todos es conocida la interacción entre tu marido, Pedro Prieto, y tú. Sabemos que él influyó de manera determinante en tu decisión de ponerte a escribir. Aunque él es periodista, no captamos similitudes entre vuestra manera de relatar. ¿Es difícil no contaminarse, en el estilo, en la forma?
-Yo también hice mis pinitos en periodismo durante más de diez años. Mi marido fue mi maestro. Empecé cubriendo las típicas ruedas de prensa, pasé por distintas secciones del periódico, hasta hacer de paparazzi persiguiendo a los famosos. Él ha recorrido más de medio mundo buscando la noticia, a ser posible que protagonizara algún mallorquín, ya fuera en guerras, tsunamis, terremotos, así como en otros escenarios, por lo que hay que ser de una pasta muy especial para hacer las cosas que él ha llegado a hacer. Por otra parte, escribir para un periódico es muy distinto a contar una historia en un libro. En una novela puedes expresarte con todos los caracteres que te de la gana, no hay límites, puedes adornar lugares, situaciones, personajes… Pero no así en periodismo.
El protagonista principal de una novela es producto de la imaginación que el escritor le pone a la historia que desarrolla. Sin embargo, en periodismo, tienes que amoldarte a redactar una noticia en el especio que te dan.
-El compositor Biel Durán está ultimando los detalles de la banda sonora sobre “Los atardeceres de Julia”. ¿Qué sentiste al escucharla?
-Una emoción difícil de expresar. Biel Durán es un gran compositor. Con un piano puede tocar lo que quiera, desde una bella sinfonía, hasta jazz, country…etc. Es un maestro, en pocas palabras. Y cuando me dijo que había compuesto la banda sonora para mi novela, sin haberme dicho nada hasta no haberla concluido, sentí como un subidón de adrenalina, pues, a la vez, Javier Gutiérrez, guionista y director de cine, ya estaba haciendo el guión de la misma. Cuando la escuché, pude llegar a sentir en cada nota alguna de las secuencias que he contado en la novela. Casi podía ver las imágenes a través de las notas que salían del piano. Creo que si llevamos a cabo la película, será lo mejor que me haya pasado en esta época de mi vida.
-¿Alguna vez pensaste que llegarías a escribir una novela y que se publicaría con una gran crítica por parte del público?
-Jamás. Aunque siempre me ha gustado escribir. Pero a veces pienso en unas palabras que me dijo mi profesor de literatura, el ilustre escritor y poeta Gerardo Diego: “Usted tiene que ser escritora”. Ni en sueños llegué a pensar que un día me dedicaría a ello.
-Antes de meterte de lleno en el mundo de la comunicación fuiste azafata de vuelo, lo que te permitió conocer muy diferentes culturas y lugares. ¿Qué te atrajo de Mallorca? Y, como escritora, ¿qué ventajas e inconvenientes tiene vivir en una isla?
-Nací en Madrid, viví más de dos años en Londres, dos grandes ciudades, por lo que cuando me destinaron a una isla tan preciosa como Mallorca, me pareció entrar en el paraíso. Viajé por medio mundo siendo azafata, pero regresar a la isla era para mi como el descanso del guerrero. Como escritora, edito, presento y promociono mis propias novelas, por lo que no veo más que ventajas vivir en un lugar pequeño, cómodo, lejos del mundanal ruido de una gran ciudad… Aunque no dudo que quizás se me podrían abrir más puertas si viviera en Madrid, donde tendría mayores contactos. Pero no cambio la tranquilidad de esta isla por nada del mundo.
-Leyendo tus novelas apreciamos diferentes y variados matices que forman parte de la naturaleza del ser humano: el sexo, a veces muy explicito, la decepción, la esperanza, etc., pero siempre observamos una sensibilidad, un evidente respeto hacia toda persona y circunstancia. ¿De qué manera influye tu bagaje en la vida para desarrollar ese punto de vista?
-Creo que el bagaje de mi vida, en el que he desempeñado trabajos muy diversos, puede influir algo en la manera de expresarme, pero, desde mi punto de vista, lo más significativo en un escritor está en su sensibilidad y en su imaginación. Y esto es lo que capta el lector.
-¿Cómo crees que será la evolución natural en este mundo cambiante, donde las relaciones clásicas dejan paso a ritmo vertiginoso a nuevas maneras de comunicarse e interactuar?
-Cada vez las nuevas tecnologías van dejando atrás muchos elementos que hasta ahora eran necesarios para comunicarnos. Creo que es una lástima que incluso nos olvidemos del timbre de voz de un amigo, porque la posibilidad de enviar un WhatsApp, que recibe en una fracción de segundo, evita que levantemos el teléfono para hablar. Aunque hay que reconocer que internet, y toda la tecnología puesta a nuestro alcance, nos ha facilitado mucho la vida a la hora de buscar información, que se actualiza al momento. El progreso es bueno si se sabe utilizar en su justa medida.
-En tu familia hay varios miembros muy creativos, como se entiende normalmente el termino, ¿la creatividad que te rodea cotidianamente facilita la llegada de las “Musas”?
-El primer creativo de la familia fue mi marido, haciendo un periodismo muy distinto respecto al que venía haciéndose. Más tarde, mi hijo, Carlos, nos sorprendió a todos con el dibujo, e inmediatamente después con la pintura, alcanzando grandes éxitos no sin grandes esfuerzos. Y la última en meterme en este mundillo de la creatividad, en este caso la literaria, fui yo. Las musas en el caso del periodismo, no existen. Lo que existe es la noticia. Y en el caso de un pintor o escritor, las musas tienen mucho que ver. Hay días que te sale todo sin darte apenas cuenta, y otros que te estancas y decides centrarte en otra cosa hasta que esas musas o ideas vuelvan a visitarte. Pero ya sabes aquello que dice: “Cuando lleguen las musas, que te pillen trabajando.”
¿Cuál es tu opinión sobre la fama? Cómo observas este asunto, desde tu posición privilegiada, sobre todo porque por tu actividad profesional has estado rodeada de multitud de personajes públicos, políticos, artistas, etc.
-La fama es efímera. Hoy puedes estar arriba, y dos días después nadie se acuerda de ti. Lo más sensato es tener siempre los pies en el suelo y estar satisfecho con lo que haces.
-Al parecer la escritura ha sido una especie de terapia eficaz para ti, ¿por qué la recomendarías?
-Para mí ha sido una gran terapia. Ahora no puedo pasar un día sin sentarme frente al ordenador. Pero para escribir tienes que tener algo que contar. Por ello, considero que hay muchas otras actividades que pueden llenarte en un momento de flaqueza, como es la música, la pintura, la escultura, el cine, el teatro…
-Es un tema muy amplio pero me gustaría que nos dieras unas pinceladas de tu filosofía personal.
-Algo tan simple como “vive y deja vivir”. Sé fiel contigo mismo. Disfruta de la que haces, y sé sincero con los demás.
-Y por ultimo, Celia, ¿qué novela quisieras escribir, que tema te llama la atención y te gustaría desarrollar?
-Nunca sé lo que voy a escribir. No me planteo una temática concreta. Nunca he creado un boceto previo. Me siento frente al ordenador y surge una historia. Son mis personajes los que me ayudan a ir desarrollándola. Dejo que la mente fluya por si sola. Con la única novela que sabía lo que quería escribir fue con “sexoenlared.com”. Estaba un poco harta de tanto “príncipe azul” en novelas románticas con toques de erotismo, fantasías muy lejanas a la realidad, por lo que me propuse dar al lector algo tan real como la vida misma.
Durante las horas que he compartido con Celia Velasco he podido descubrir la cercanía y carisma de la escritora, y el tiempo ha volado. Dando por concluida la entrevista me despido de ella en su despacho.
La compañía de Lucas, su fiel mascota, que ha podido compartir muchos momentos del proceso creativo de la autora, y que al mismo tiempo ha sido testigo de muchos de los instantes de inspiración y trabajo que supone el hecho de escribir intentando llegar a un público, que en el caso de Celia, es fiel a su sinceridad, a su cercana y efectiva manera de relatar.
Mas información sobre Celia Velasco en: http://celiavelascosaori.com/